El actor español Francisco Rabal falleció ayer a los 75 años de edad, debido a un enfisema pulmonar. La muerte sorprendió al intérprete en un avión en el que viajaba a Madrid procedente de Canadá, donde acababa de recibir un homenaje por su carrera artística.
Rabal tuvo una prolífica carrera actoral desde sus comienzos en 1940, ganó en 1984 el premio a la interpretación masculina en el Festival de Cannes con "Los santos inocentes" y filmó con directores de la talla de Luis Buñuel, Carlos Saura, Mario Camus, Michelangelo Antonioni, Arturo Ripstein y Pedro Almodóvar, además de una media docena de cineastas argentinos.
El actor había subido a un avión de la compañía British Airways en la ciudad canadiense de Montreal donde fue objeto de un tributo a su extensa carrera artística. Una vez que el aparato partió de una escala técnica en Londres con rumbo a España, Rabal comenzó a sentirse enfermo. Sufría de bronquitis crónica y se presume que se asfixió en el momento de la presurización del avión. Allí mismo fue atendido por un médico que estaba a bordo, comentaron testigos.
Rápidamente la aeronave hizo un escala de emergencia en el aeropuerto de Burdeos, Francia, para que se le diera asistencia al enfermo, pero todo fue en vano. Según informaron fuentes de la empresa, el fallecimiento del actor se produjo de "forma rápida" y fue certificado a las 13.15 GMT. Lo acompañaba su esposa, la actriz Asunción Balaguer. Sus hijos, la actriz y cantante Teresa Rabal y el director de cine Benito Rabal, emprendieron inmediato viaje hacia Burdeos, ya que el cuerpo había quedado depositado en una morgue municipal a la espera de sus familiares, para repatriarlo cuanto antes a España.
Rabal se preparaba para asistir a un tributo que se le rendiría el mes próximo en la 49ª edición del Festival de San Sebastián, España, donde iba a recibir el premio Donostia por su trayectoria de vida.
Un emblema nacional
Nacido el 8 de marzo de 1926 en la localidad minera española de Cuesta de Gos, Murcia, Paco Rabal se trasladó de muy joven a Madrid donde comenzó su carrera de actor en 1940. Con el tiempo se transformaría en uno de las figuras más emblemáticos de la cinematografía española. Debutó en el cine con la película "La Pródiga" (1946), pero debió esperar hasta 1958 para alcanzar la fama como galán cuando Buñuel lo convocó para rodar "Nazarín". Este trabajo tuvo gran repercusión internacional y la rueda comenzó a andar. Su interpretación intensa y sincera del sacerdote protagonista se convirtió además en la puerta que abrió su colaboración con el maestro aragonés, prolongada luego en "Viridiana" (1961) y en "Belle de Jour" (1966).
Su mayor reconocimiento lo consiguió cuando ganó el premio al mejor actor en el Festival de Cannes, por su intervención en el filme de Mario Camus "Los santos inocentes" (1984), junto al también actor Alfredo Landa. Rabal recibió varios premios Goya, el último en la edición 2000 cuando se alzó con el galardón al mejor actor por "Goya en Burdeos" de Carlos Saura, película traducida (sic) para el circuito comercial argentino como "Goya, luces y sombras de un genio".
Rabal desarrolló en cine toda una gama de personajes de amplio registro interpretativo, y a los que su rostro cuarteado y su personalísima voz no fueron ajenos.
Los años 80, época de madurez artística y personal de Rabal, coinciden con el período más fecundo y creativo de su extensa carrera. De esta época es "La colmena" (1982) y "Los santos inocentes" (1984), ambas de Mario Camus, "Epílogo" (1983) de Gonzalo Suárez, "Padre nuestro" (1985) de Francisco Regueiro, "Tiempos de silencio" (1986) de Vicente Aranda y "¡Atame!" (1989) de Pedro Almodóvar. En esa misma década, sus actuaciones en series de televisión acrecentaron aún más su popularidad.
En los últimos años, y a pesar de su avanzada edad, Rabal siguió trabajando en el cine en filmes como "Así en el cielo como en la tierra" (1995) de José Luis Cuerda, "Air-bag" (1997) de Juanma Bajo Ulloa, "Pajarico" (1997) de Carlos Saura, "Pequeños milagros" (1997) de Eliseo Subiela, "El evangelio de las maravillas" (1998) de Arturo Ripstein, "Goya en Burdeos" (1999) de Carlos Saura -por el que consiguió el Goya a la mejor interpretación masculina-, "Lázaro de Tormes" (2000) de José Luis García Sánchez, y "Divertimento" (2000) de José García Hernández.
El turno argentino
El actor dejó tras de sí una filmografía de más de 200 películas con títulos que lo vincularon tanto con los grandes realizadores como en producciones de valor menor.
Dentro de su imponente actividad, Rabal tuvo una profusa tarea relacionada al cine argentino, tomando parte en media docena de largometrajes. El intérprete tomó parte en "Hijo de hombre" (1961 de Lucas Demare), "La mano en la trampa" (1961 de Leopoldo Torre Nilsson), "Setenta veces siete" (1962, de Leopoldo Torre Nilsson), "Intimidad de los parques" (1964, de Manuel Antín), "El muerto" (1975, de Héctor Olivera), y "Pequeños milagros" (1997 de Eliseo Subiela). La entrañable relación con la Argentina, incluyó un premio a la trayectoria que recibió en 1996 en Mar del Plata en el marco del 12º Festival Internacional de Cine.