 |  | Los extremos en la pantalla grande El Festival de Venecia abrió con una superproducción y un filme minimalista "Dust", de Milcho Manchevski, y "L'amore probabilmente", de Giuseppe Bertolucci, no conformaron a la crítica
 | Ernesto Pérez
Con dos películas que se parecen sólo en las tramas gratuita y arbitrariamente complicadas, se inauguró ayer el 58º Festival Internacional de Cine de Venecia: un filme fuera de concurso y otro abriendo la flamante sección Cine del Presente, donde hoy competirá la argentina "Sábado", de Juan Villegas. La más esperada y publicitada era la primera, "Dust", del macedonio Milcho Manchevski, ganador del León de Oro en Venecia en 1994 con su opera prima "Antes de la lluvia", mientras la segunda es "L'amore probabilmente", del menor de los hermanos Bertolucci, Giuseppe. Manchevski, 42 años, tardó siete años en incubar este filme ambicioso que se desarrolla en dos continentes y en dos momentos distintos, al principio y al final, del siglo XX, y a cuya producción contribuyó media Europa y Estados Unidos. La mayor parte de la película está ambientada en la Macedonia de principios del siglo pasado, cuando ese pequeño país balcánico luchaba por su independencia y contra la ocupación turca. En 127 minutos de película, Manchevski tiende, como en "Antes de la lluvia", a llenar de temas, conceptos y estilos una trama que se vuelve innecesariamente complicada y que sobre todo al final cae en la banalidad. El argumento gira en torno a dos hermanos, interpretados por el británico Joseph Fiennes ("Shakespeare apasionado") y el australiano David Wenham ("Moulin Rouge"), que se enfrentan por el amor de una misma mujer. Esta situación los condena al odio y al resentimiento mutuo. La historia de los dos hermanos es contada por una anciana que, a punta de pistola, obliga a escucharla a un negro que entró en su casa para robarle. En este buen guión, que permite la mezcla de estilos y de épocas de la narración, está lo mejor del filme, que se pierde en sangrientos tiroteos, partos al umbral de la muerte y un final feliz pero banal. Bertolucci, en cambio, debuta a los 54 años en el cine digital con una historia privada y minimalista de una adolescente que aprende con el método del "try and error" a ser actriz, pero que en el proceso de aprendizaje deja de lado al ser humano. "L'amore probabilmente" son tres capítulos de la educación de una actriz impartidos por tres maestras de excepción: Mariangela Melato, Stefanía Sandrelli y Alida Valli. La primera declara a Sofía (Sonia Bergamasco) que la mentira es esencial para un actor, la segunda, en cambio, le dice que es la verdad, mientras que para la tercera es la ilusión. Así, Sofía miente y pierde a su novio y su mejor amiga, y después dice la verdad y destruye la vida de un señor mayor que conoce casualmente. Con la ilusión conseguirá, en cambio, el papel protagónico en una película y un lugar en la cama del director. Este era el consejo acertado. Para enhebrar esta trama con el hilo del digital, donde se mezcla filme real y vida filmada, y donde los actores discuten frente a la cámara la estrategia de filmación, tal vez era necesaria una protagonista más madura que Sonia Bergamasco, carente de carisma y simpatía. Resultó buena la idea de compensar la ausencia de Alida Valli, quien desde hace algunos años se niega a aparecer en público, con escenas de su filme "Eugenia Grandet", de 1947, cuando la actriz estaba en el período de su más fúlgida belleza.
| |
|
|
|
|
 |
Diario La Capital todos los derechos reservados
|
|
|