La tradicional capilla Cristo Rey del barrio de Fisherton se convertirá finalmente en un megasantuario. Por lo menos es la decisión que adoptarían los concejales una vez que el proyecto -presentado por el Arzobispado de Rosario- se trate en el recinto, que según adelantaron será el próximo jueves. La Capital sondeó a los presidentes de los distintos bloques del Concejo Municipal y comprobó que la mayoría avalará la polémica reforma en el pequeño templo de Fisherton, con la que se conservará sólo un tercio de la parroquia. Un grupo de vecinos que se autoconvocó ayer en el barrio deslizó que la autorización para demoler gran parte del histórico templo "estaba cocinada desde el principio entre el arzobispo Eduardo Mirás y el intendente (Hermes) Binner". Este proyecto ya había generado en el 98 duras críticas de la comunidad, por eso el cura de la parroquia, Libio Gorza, se vio obligado en ese momento a archivar el proyecto.
El proyecto que impulsa el Arzobispado propone una estructuración de tipo radial, con una gran nave hexagonal, un nártex y cuatro capillas laterales que sumarán casi mil metros de obra. Según las autoridades eclesiásticas, la reforma apunta a lograr mayor espacio para las ceremonias. El punto de conflicto que trabó el proyecto durante dos años fue que la capilla está declarada patrimonio histórico de la ciudad.
El 14 de junio de este año entró en el Concejo un expediente firmado por el arzobispo Mirás y el cura de la capilla Cristo Rey pidiendo un permiso para levantar un megasantuario en ese templo de Fisherton. Pero este proyecto no es el original: el párroco había presentado una iniciativa similar el 24 de mayo de 1998 y en ese momento se preveía adelantar siete metros la fachada de la capilla hasta tansformarla en el ingreso a la llamada Tienda del Encuentro, una gran nave central conectada por puentes y espejos de agua a otros sectores.
El templo está en Brassey al 8200, en el corazón de Fisherton, y fue inaugurado en 1027. Hoy se lo ve como cuando se abrió por primera vez. Para los vecinos que están en contra de la remodelación, la capilla tiene una importante carga emotiva y simbólica, y argumentan que "siempre fue el corazón del barrio". Por eso defienden con uñas y dientes la estructura original.
La comunidad eclesiástica tuvo que modificar el proyecto que presentó este año porque el anterior fue rechazado por unanimidad por los concejales, que votaron declarar sitio de interés cultural y patrimonio arquitectónico a la capilla y encomendaron al Ejecutivo realizar las gestiones pertinentes para preservar al inmueble de posibles alteraciones.
Hoy la posición de los ediles es distinta, o por lo menos, eso es lo que pudo comprobar este diario mediante un sondeo entre los presidentes de bloque. Los sectores que ya tomaron una posición indeclinable son el partido oficialista (Partido Socialista Popular) y el peronista: votarán a favor de la remodelación del templo. El argumento es que el inmueble es propiedad de la Iglesia Católica, por lo tanto, se remontan a la frase que reza que "cada uno hace con su casa lo que quiere".
Mientras que los ediles que integran el bloque de la UCR Celeste están divididos: algunos aprobarán las remodelaciones y otros se pronunciarán en contra. Por su parte, los justicialistas adelantaron que darán despacho favorable al pedido de Gorza. Los sectores que todavía no sentaron posición fueron UCR Convergencia, el Partido del Progreso Social y el Frente Grande.
Despacho favorable
La propia presidenta de la comisión de Planeamiento del Concejo, Gladys Comba, admitió que "lo más probable es que se le despacho favorable al proyecto". Lo que significaría que el próximo jueves se debatirá el proyecto en el recinto.
En el 98 -proyecto original-, también surgieron objeciones desde la Secretaría de Planeamiento, a través del Programa Municipal de Preservación del Patrimonio y del entonces secretario Rubén Palumbo. El funcionario hasta llegó a ofrecerle tierras al cura para que edifique el megasantuario en otro lugar para no afectar la capilla, algo a lo que Gorza se negó. Según manifiestan los vecinos que están en contra de la demolición, la Secretaría de Planeamiento ahora optó por no sentar posición y sólo dejó sentado que "el edificio forma parte de la lista de los inmuebles de patrimonio arquitectónico y cultural" (ver aparte).
Fuentes consultadas por La Capital aseguraron que desde el primer momento que se presentó este año el proyecto, la Municipalidad mantiene un acuerdo con el Arzobispado con el fin de darle vía libre a la construcción de la megaiglesia.
"Prefiero morir sin hacer el templo antes que dividir a la comunidad", había dicho Gorza hace tres años. Ahora se mantiene en silencio.