Un grupo de más de 120 hinchas de Rosario Central sufrió una serie de agresiones de parte de los simpatizantes mexicanos, durante el encuentro contra Cruz Azul jugado el jueves en el estadio Azteca del Distrito Federal, según denunció uno de ellos ayer a Ovacion. "Fue espantoso. Nos tiraron con todo lo que te puedas imaginar: bolsas, vasos y botellas de vidrio y de plástico con orín, caca y agua. Fue de terror. Y lo peor de todo fue que ni los propios dirigentes de Central se preocuparon. Nos dejaron solos en la platea y ninguno se arrimó a dar la cara por nosotros ni a hacerse cargo de nuestra seguridad", denunció uno de los numerosos canallas que sufrieron las agresiones en el partido de ida por una de las semifinales de la Copa Libertadores de América. El hincha canalla denunció que los mexicanos venden cerveza en el estadio y que a un chico de diez años le rozaron un ojo con una botella de vidrio. "Es una cosa de locos. Empezaron a vender cerveza en vasos de plástico media hora antes del partido, pero dejaban las botellas en un carrito y cualquiera las agarraba y te las tiraba. Yo mismo agarré tres de vidrio. Y una de las botellas le rozó uno ojo a un chico de diez años que estaba con el padre, y el pibe lloraba y no lo podíamos calmar", confió el hincha auriazul, que pidió mantener su nombre en reserva. Luego del partido el grupo de hinchas fue conducido hasta un túnel de salida de la platea, donde permaneció una media hora, y después otra hora en un playón, para finalmente salir en un colectivo que había llevado a 18 canallas. En cambio, otro grupo de canallas se peleó con los numerosos plateístas mexicanos. Finalmente pudieron salir todos juntos del estadio. A su turno, el secretario canalla Néstor Mascó contó su versión: "Fuimos una hora y media antes a ver el lugar que nos dieron, pero no hubo agresiones directas sino que les tiraron cosas desde arriba, aunque nosotros estábamos a 120 metros y no vimos nada. Cuando me enteré ayer porque me llamó Forno, un revisor de cuentas que estaba con su familia, me quería morir". -¿No deberían haber estado comunicados entre los dirigentes por un celular y confirmar que salieran todos los hinchas del estadio? -Puede ser, pero no podemos hacernos responsables de todos los que viajan a México. No vimos nada ni nos enteramos, pero hicimos todo lo posible.
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