Año CXXXIV
 Nº 49.142
Rosario,
sábado  09 de
junio de 2001
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Blair gobernará con amplia mayoría y el líder conservador debió renunciar
El reconfirmado premier laborista británico ya designó su nuevo gabinete, con algunos significativos cambios

Londres. - El escrutinio oficial confirmó el aplastante triunfo del Nuevo Laborismo del primer ministro británico Tony Blair, quien consiguió una segunda espectacular victoria en las elecciones generales celebradas el jueves. Según los últimos datos, se hizo con 413 de los 659 escaños en la Cámara de los Comunes, el corazón del sistema parlamentario británico del que sale el Ejecutivo. Una oleada de felicitaciones llegó al Nº 10 de Downing Street (residencia del jefe de gobierno británico), especialmente desde los gobernantes socialdemócratas europeos. Los conservadores fueron el reverso de la medalla y se quedaron con 166 bancas. Su líder, William Hague, presentó la renuncia apenas se confirmó la dura derrota de los tories.
Gracias a los escaños conseguidos, cinco menos que en la última legislatura, los laboristas tienen la oportunidad, por primera vez desde su fundación hace cien años, de completar dos mandatos consecutivos en el gobierno, lo que Blair, de 48 años, calificó de "momento histórico".
En los comicios del jueves, el Partido Conservador sólo consiguió mejorar en un escaño su baja histórica de 1997 y se llevó 166 mandatos en la Cámara Baja, en una jornada electoral que tuvo una participación del 59 por ciento, el índice más bajo desde hace más de 80 años. El Partido Liberaldemócrata -eterno tercero de la política británica y hoy a la izquierda del laborismo- se hizo con 52 escaños, frente a los 46 de hace cuatro años.
Aceptando las consecuencias por la aplastante derrota electoral conservadora, el presidente de los tories, William Hague, de 40 años, presentó ayer su renuncia. "Nadie es insustituible, ninguna persona es más importante que el partido", declaró frente a la sede central del Partido Conservador en Londres. "Es importante que los políticos escuchen y que los partidos se transformen", subrayó.
Blair no perdió el tiempo y anunció ayer a su nuevo gabinete. La gran sorpresa de los anuncios de Blair es el nombramiento, al frente de la cancillería, del hasta ahora ministro del Interior, Jack Straw, quien será sustituido en su cargo por David Blunkett, hasta hoy responsable de Educación. Robin Cook, quien era titular de la cartera concedida a Straw, fue nombrado jefe del grupo parlamentario laborista en la Cámara de los Comunes.
Conservarán su cargo, entre otros, el titular de Economía, Gordon Brown (artífice del éxito económico de estos cuatro años), y el de Sanidad, Alan Millburn, mientras que abandonarán el gobierno la ya ex ministra para el gabinete, Mo Mowlam, y el encargado de Cultura, Chris Smith. El hasta ahora ministro de Agricultura, Alimentación y Pesca, Nick Brown -quien se vio superado por la crisis de la fiebre aftosa-, será nombrado secretario de Estado de Trabajo.
Blair anunció además la creación de un nuevo ministerio, el de Medio Ambiente y Medio Rural, cuya responsable será Margaret Beckett, hasta hoy encargada del grupo parlamentario laborista en la Cámara de los Comunes. El viceprimer ministro, John Prescott, mantendrá este cargo y será nombrado ministro para el gabinete, puesto al que se pretende dar una nueva relevancia.
En un discurso ofrecido en el número 10 de Downing Street, la residencia del primer ministro británico, Blair dijo que recibió de parte de los electores "un mandato para reformar e invertir en el futuro la obligación de conseguir resultados".

Thatcher: "Volveremos"
En el marco de la debacle electoral de los tories, la ex primera ministra conservadora Margaret Thatcher, felicitó no obstante a sus correligionarios por la campaña electoral, criticada incluso desde las propias filas partidistas como una campaña contra la Unión Europea. "Amigos míos, no se equivoquen. El Partido Conservador volverá", dijo Thatcher después de la segunda gran derrota electoral consecutiva de los tories a manos del Partido Laborista en cinco años.
Durante la pasada campaña electoral, los conservadores intentaron convertir en principal tema de litigio la posible entrada de Gran Bretaña en la Unión Monetaria Europea, lo que conllevaría la pérdida de la libra esterlina como medio de pago. Según las encuestas, más de dos terceras partes de los británicos son contrarios al euro. No obstante, los laboristas no prestaron especial atención a esta cuestión y prometieron mejoras en los servicios públicos y en el sistema sanitario.

El factor euro
Los resultados electorales tuvieron también su repercusión en la jornada económica y la libra esterlina siguió ayer perdiendo valor frente al dólar, llegando incluso a caer brevemente por debajo de 1,38 dólar. Según analistas, esto refleja la creencia de los círculos financieros de que ahora es más posible que nunca el ingreso del país en la zona euro.
Los socios de Blair en la Unión Europea (UE) se apresuraron a felicitarle por los resultados obtenidos. Uno de los primeros fue el canciller alemán, Gerhard Schroeder (compañero de ruta de Blair en la Tercera Vía), quien lo llamó por teléfono a la medianoche para expresarle su enhorabuena por "el gran triunfo".
Por su parte, el primer ministro de Francia, Lionel Jospin, señaló que para su país es especialmente importante la postura de Londres en todas las cuestiones europeas y reiteró la voluntad de París de seguir cooperando amistosamente y con confianza en esta materia con el gobierno Blair.



La familia Blair en la puerta del 10 de Downing Street.
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