El quinto paro general contra la gestión de Fernando de la Rúa convocado por la CGT disidente que encabeza Hugo Moyano, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) que lidera Hugo de Gennaro y la Corriente Clasista Combativa (CCC) que comanda Carlos Perro Santillán, se cumplió ayer con adhesión dispar, algunos hechos de violencia aislados y cortes en rutas estratégicas de todo el país, aunque el gobierno nacional relativizó su alcance y salió a criticar este tipo de protestas.
La huelga tuvo de todos modos un fuerte impacto en todo el país, basado en la alta adhesión de los trabajadores del transporte y la ausencia de los docentes en las escuelas.
Moyano calificó la jornada como "una nueva expresión de rechazo categórico y contundente al modelo económico de hambre y de miseria" del gobierno, y evaluó la adhesión como "superior al 90 por ciento". Tanto él como De Gennaro coincidieron en utilizar el adjetivo "contundente" a la hora de calificar la huelga.
El presidente De la Rúa, en tanto, consideró que el paro tuvo alcances "relativos", e incluso instó a "terminar el vicio de hacer paros en momentos en que estamos firmando planes de competitividad para reactivar la economía".
En ese contexto, una marcha compuesta por más de un millar de desocupados nucleados en la Corriente Clasista Combativa (CCC) y del Movimiento de Jubilados Independientes, unió el barrio porteño de Liniers con la Plaza de Mayo y se concentró con el anunciado objetivo de instalar carpas y ollas populares.
El cese de actividades fue acompañado por numerosos cortes de rutas y de puentes, en su mayoría ubicados sobre estratégicos puntos de acceso a las principales ciudades del país, que fueron protagonizados por desocupados, militantes de las distintas centrales obreras y trabajadores enrolados en los gremios más combativos.
Así, se interrumpieron las arterias principales en distintos puntos del Gran Buenos Aires y en los alrededores de La Plata, el Gran Rosario, Mendoza, Bahía Blanca, Chaco, Corrientes y Tucumán, entre otros.
El éxito del paro, además de la falta de transporte, estuvo sostenido por un alto ausentismo de docentes y alumnos de la mayoría de las escuelas de las jurisdicciones del país.
Asimismo, la medida de fuerza encontró un fuerte eco en la actividad judicial, en especial en los tribunales porteños.
En lo que hace a los servicios aéreos se cumplieron con normalidad, salvo los de las empresas Aerolíneas y Austral, que estuvieron totalmente paralizados.
En cambio, el comercio y la actividad privada en general, funcionó con normalidad en casi todas las provincias, con las inevitables demoras, tanto para la apertura de locales como la asistencia de los trabajadores a las fábricas.
En tanto, en algunas ciudades, como en Mar del Plata, La Plata y distintos barrios de la Capital Federal, se produjeron incidentes caracterizados por el apedreamiento de unidades de transporte y la colocación de clavos miguelitos para provocar el reventón de neumáticos.
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La Ciudad
