El festejo que desataron en el Gigante una vez que el árbitro Daniel Giménez decretó el final del partido se prolongó en la noche del domingo en una conocida parrilla de avenida Pellegrini. Hasta allí se trasladaron todos los jugadores del plantel profesional de Newell's, acompañados por algunos allegados, quienes no ocultaron su euforia y alegría ante un triunfo sufrido pero merecido y que le permite tener una semana mucho más distendida que las anteriores. Al fin y al cabo, ellos fueron los artífices de la victoria que el hincha rojinegro más quería: la del clásico ante Central.
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