Entrevista con el escritor británico Brian W. Aldiss, un viejo lobo de la ciencia ficción De paso en Argentina para asistir a la pasada Feria del Libro, el autor de "Frankenstein desencadenado" reflexionó sobre la situación del género y sobre el cuento del que tomó Steven Spielberg su última película | |
| "En ciencia ficción antes había una mística". |
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Lo que al principio había parecido un despropósito -traer a la misma Feria del Libro a dos conocidos escritores del género- terminó siendo casi un acto de previsión: Ray Bradbury canceló su visita por problemas de salud justo cuando Brian W. Aldiss, el otro convocado, llegaba a Buenos Aires. El británico conversó sobre el estado del género y el largo viaje de uno de sus cuentos para convertirse en la próxima película de Steven Spielberg. La espigada y desprolija figura de Brian Wilson Aldiss (19... | | Un artista alemán en busca de motivos para crear Un ensayo del polémico y multifacético Herbert Achternbusch El director, del que en estos días hay una retrospectiva en el Cine Club, cuenta sus inicios odiando la fama | |
| El director escribe y actúa la mayoría de sus películas. |
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Tuve el honor de compartir mesa con Romy Schneider. Fue en Sorrento, donde en 1973 se celebró un festival dedicado al nuevo cine alemán, al que yo aún no pertenecía. Asistí invitado por Margarethe von Trotta, en lugar de su marido, Volker Schlöndorff, en cuya última película había debutado como intérprete. Contando la agradable mujer de Augstein, éramos cuatro, reunidos en un salón de fiestas con vistas al mar. Romy Schneider dominaba la conversación. Yo esperaba mi turno con paciencia menguante... | | Un texto sobre la poesía de uno de los fundadores de la generación beat Gregori Corso: Algunos apuntes sobre mis comienzos
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| La hija de Corso leyó sus poemas en el sepelio. |
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Poesía y poeta son inseparables . No puedo hablar de poesía sin hablar del poeta. De hecho, como poeta soy la poesía que escribo. Cuando buscaba ser un poeta no sabía cómo escribir un poema. Tenía 13 años y estaba solo en el mundo, sin madre y con mi padre en la guerra. Estaba en la calle y no iba a la escuela. Para vivir robaba pequeñas cosas y para dormir, usaba los tejados y los subterráneos de la ciudad, la gran y salvaje ciudad de Nueva York durante la Segunda Guerra Mundial, en 1943. Pasé por un extraño infierno aquel año y adivino que sólo a través de esos infiernos se da el nacimiento del poeta. Ahí crecieron al mismo tiempo una alegría y un dolor inexpresables. Buscaba contarle al mundo entero esto, pero no sabía cómo. | |
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