"El hábito no hace al monje. Tener un buzo azul, un cronómetro y un silbato no significa ser un santo enseñando deportes, depende de la personalidad de cada uno", disparó Alarcón en relación a la imagen del profesor de educación física. Es que el viejo concepto da cuenta de una persona que en su hora de clase, en la mayoría de los casos, se para frente a sus alumnos y le tira una pelota para que los chicos se entretengan un rato. Para muchos docentes puede resultar un tanto odioso que se los tilde de esta manera, pero la realidad indica que, como en muchos otros rubros, hay profesionales buenos, regulares y malos. Según Alarcón hay muchas maestras que piensan que "el profe es el encargado de cuidar a los alumnos en el recreo, y no es así". Pero esa imagen también adquiere trascendencia más allá de los muros escolares. "Cómo no van a haber profes que tiren la pelota si no hay un director que vaya al campo de deportes ni un supervisor que controle las clases. Existen los dos, los que trabajan en serio y los que, como no tienen compromiso, van bajando los brazos, por eso mismo hay que hacer concursos para que trabajen los mejores y los que son haraganes que se queden en su casa". Una de las razones por las cuales un docente puede bajar los brazos y resignarse ante la problemática es la falta de elementos para trabajar. "Si tenés dos pelotas para cuarenta alumnos es lógico que te preguntes qué hacer, aunque no veo nada malo en que el alumno pueda jugar, siempre y cuando lo haga en forma ordenada", argumentó Luis Del Ré, actualmente a cargo de la división pesas de la Universidad Nacional de Rosario. Similar razonamiento es el que tiene Sergio Córdoba, quien sostiene que "no está mal que un director me diga que quiere que el chico tenga mucha recreación, que descargue energía, después estará en mí agregar otros contenidos además de la parte física". Ocurre que al no estar del todo definido el rol del docente, todo se circunscribe a esfuerzos y capacidad individual. Así, cada profesor es quien elige el camino a transitar en sus horas de clase. Del Ré esboza un marcado optimismo frente al tema, donde encuentra en la "capacitación docente" una de las herramientas fundamentales para revertir esta situación. "La especialización debe ser la base de la enseñanza de la educación física en nuestro país", comentó A ello se suman las palabras de Troiano, quien sostiene que "en los últimos años se ha cambiado de un profesor recreativo a uno mas bien formativo. Por eso estamos trabajando en la maestría del docente, que sin duda va a ayudar a que cada vez cumplan mejor con su rol". Pero en medio de tantos inconvenientes aparece uno que no puede ser pasado por alto y que a la vez forma parte de una situación casi irrisoria, es que según Troiano, "el rol del docente no está definido dentro de los parámetros del Estado".
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