Año CXXXIV
 Nº 49.108
Rosario,
domingo  06 de
mayo de 2001
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Otro éxito instantáneo de la tele

Ricardo Luque

La ceremonia de entrega de los Martín Fierro es, además de "la cita cumbre del espectáculo argentino", un programa de televisión, y no un programa cualquiera, sino uno de los más exitosos que iluminan la pequeña pantalla. El año pasado la transmisión televisiva que realizó Canal 13 de la fiesta de Aptra hizo un pico de 53,5 puntos de rating minutos antes de la medianoche: en el momento justo en que se definía quién se llevaría el tan codiciado Martín Fierro de Oro.
La medición, extraordinaria para la televisión argentina, está lejos de las que alcanzaron hasta ahora los programas más exitosos puestos en el aire en lo que va del año: "El sodero de mi vida" y "El show de Videomatch", que en sus mejores performances apenas si rozaron los 30 puntos de rating.
La televisión persigue el éxito, porque en el éxito está su negocio. Así que lo más lógico sería que un programa con tal repercusión fuera codiciado como la gallina de los huevos de oro. Alguna vez lo fue, de hecho en 1998 Telefé desembolsó 650 mil dólares por los derechos de transmisión de la fiesta. Pero la situación cambió, no sólo la economía del país está deprimida sino también la de los canales, que ya no están en condiciones, ni mucho menos dispuestos, a pagarle tan cara la fiesta a Aptra. Por eso este año Azul TV se quedó con la transmisión de la ceremonia la módica suma de 108 mil dólares, una bicoca si se tienen en cuenta los 220 mil dólares que Canal 13 pagó en el 2000.
Los que conocen el negocio de la televisión saben que el rating es sinónimo de dinero, la gasolina que mueve al mundo, y se desesperan por mejorar las mediciones de audiencia. Llama la atención que un programa de éxito probado como la televisación de la entrega de los Martín Fierro no haya despertado el interés de Canal 13, que este año no se presentó a la licitación, ni de Telefé, que hizo una oferta tan baja por los derechos de transmisión que dejó que Azul TV, su socio en Telefónica, se los arrebatara de las narices.
Hay gato encerrado, claro está.
La fiesta de Aptra es el programa de mejor casting de la televisión argentina, y no podía ser de otra manera, ya que los protagonistas son elegidos, precisamente, por los periodistas "especializados" en radio y televisión. Especializados, en la mayoría de los casos, en la vida íntima de las estrellas, ya que el grueso de los asociados a Aptra son periodistas de chismes, o mejor, chismosos, que se ganan la vida espiando por la cerradura en las casas de los famosos.
Así es como las principales figuras de la pequeña pantalla animan este "reality show de las estrellas", tal como Azul TV promociona el programa, en el que el prestigio de los hombres y mujeres que hacen la televisión es juzgado por un pelotón de cronistas que parecen más cazadores de autógrafos que críticos de televisión. Un mérito del que ni los más avezados productores de la TV pueden hoy ufanarse.
Para que se entienda: un programa del que participan Marcelo Tinelli, Susana Giménez, Mirtha Legrand, Nicolás Repetto y las estrellas de Pol-ka, sólo por nombrar algunos de los candidatos al premio, y que mantiene vivo el interés hasta el último minuto, no es común en la televisión argentina. Es más, si se lo mide con la misma vara con la que Ibope mide la audiencia, el programa tiene el éxito asegurado.


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