Anne-Beatrice Clasmann
El Cairo.- El acuerdo para una tregua dado a conocer en El Cairo no deja entrever más que una tenue luz de esperanza. Todavía es más que dudoso que los palestinos y los israelíes vuelvan a sentarse en la mesa de negociaciones. Las cuatro semanas de alto el fuego exigidas por Israel como condición para las conversaciones de paz significan que cualquier atentado suicida por parte de militantes de Hamas o cualquier ataque con morteros podría terminar nuevamente con el acuerdo tan trabajosamente alcanzado. Con la captura del portavoz y líder históricos de Hamas, Abdel Azis Rantissi, Arafat ha demostrado que quiere detener la ola de violencia. Pero todavía resta saber si será capaz de contener la ira en las calles durante cuatro semanas, dado que también se descuenta que habrá provocaciones por parte de colonos judíos. De hecho, la espiral de ataques y represalias se ha acelerado de manera peligrosa precisamente durante los días pasados. El movimiento Al Fatah, nominalmente a las órdenes de Arafat, se atribuyó oficialmente la autoría de un ataque con morteros contra asentamientos de colonos. Horas después, Arafat ordenó disolver Al Fatah, y en especial su brazo armado, Tanzim. Los dirigentes de Al Fatah han desconocido la orden y dijeron que continuarán enfrentando a Israel. También será importante saber cómo serán concretamente las medidas para facilitar las condiciones de vida de los palestinos prometidas por Sharon. El fin de los bloqueos de algunas vías de acceso para que trabajadores palestinos puedan volver a Israel probablemente no alcance para terminar con la insurgencia. El ministro de Relaciones Exteriores, Shimon Peres, y su homólogo egipcio, Amre Mussa, aparecieron ante la prensa con rostros escépticos a la hora de anunciar el alto el fuego. El acuerdo para la tregua, que se debe a una iniciativa de paz de Jordania y Egipto, muestra que no se puede esperar de Sharon una definitiva normalización del conflicto, sino, a lo sumo, una política de pequeños avances. "Sharon les ha prometido a sus seguidores una especie de ocupación pacífica", opina la diputada palestina Hanan Ashrawi. "Pero eso es imposible", agrega. El acuerdo para una tregua anunciado por el presidente egipcio es hasta ahora lo único en lo que se han podido poner de acuerdo ambas partes.
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