M. tiene 19 años y todavía no terminó la secundaria. Es de físico menudo, tiene expresión aniñada y no sobrepasa el metro 55 de estatura. Ayer se sentó frente a la persona que le tomaría declaración en la Jefatura en compañía de su abogado. Su relato fue escueto y muy preciso. "Veníamos en la moto y dos tipos nos salieron al cruce para asaltarnos. Mi novio se resistió y entonces uno de los ladrones le dijo al que tenía el arma: «quemalo, quemalo». Ahí empezamos a forcejear. En eso estábamos cuando le pegaron el tiro a mi novio. En un momento yo pude agarrar el arma. Y disparé".
La chica vivió ese trance dramático en Pellegrini y Servando Bayo la madrugada del 25 de marzo pasado. Hasta ayer la policía solamente sabía, por los relatos de varios testigos, que una joven había disparado contra Fernando David Dondo, de 23 años. Este muchacho, con un prontuario cargado de robos a mano armada y con una orden de captura pendiente, murió instantes después de que el balazo disparado por la chica le rompiera la cabeza.
Los testigos que habían visto el incidente son unos lavacoches que ganan unos pesos trabajando en la zona de Pellegrini al 4500. No habían dado, sin embargo, demasiados pormenores. Sólo relataron que la chica de la pareja asaltada había efectuado el tiro que liquidó al ladrón. Y que junto a su novio, en apariencia herido, habían desaparecido en una moto tipo scooter, la misma en la que avanzaban cuando fueron interceptados por los delincuentes.
Una pista incierta
La policía, según narró una fuente de la investigación judicial, obtuvo una primera pista que no prosperó. El día de la muerte de Dondo un chico fue internado en un sanatorio privado. Tenía un balazo que le había atravesado la pierna izquierda provocándole fractura de fémur. El joven, según el vocero, apenas balbuceó los motivos que le provocaron la herida. Sostuvo que le habían tratado de robar la bicicleta. El diálogo fue breve porque instantes después el muchacho, de 23 años, fue ingresado al quirófano.
Todo parecía muy incierto. Cuatro días después del hecho fue liberado un joven que vivió una pesadilla al ser imputado como el cómplice del asaltante abatido (ver apoyo). Nada sobrepasó el nivel de las especulaciones hasta ayer a la mañana, cuando un abogado del foro local se presentó con la jovencita en la sede de la Unidad Regional II.
El caso en el que se vio involucrada M. ocurrió hace diez días cerca de las 4.30 de la madrugada. La policía ligaba al incidente en el que murió Dondo otro registrado minutos antes en Pellegrini al 4000, donde una par de maleantes ingresaron armados a un bar de donde se llevaron 50 pesos. Los investigadores de Jefatura insistían en que los ladrones que asaltaron a la pareja y al dueño del bar cinco cuadras más atrás eran los mismos. Aunque el comerciante fue categórico cuando habló con La Capital. "Estoy seguro de que el muchacho que murió en Pellegrini al 4500 no era el que me robó", remarcó.
El proyectil que mató a Dondo le atravesó el parietal izquierdo y rebotó en el suelo. Su cómplice huyó en una motocicleta. Hasta anoche se ignoraba quién es y dónde está.
La chica quedó detenida en la Jefatura de policía.