El campeón del mundo de Fórmula 1, el alemán Michael Schumacher, rechazó nuevamente ayer las críticas de su compañero en Ferrari, el brasileño Rubens Barrichello, quien le había reprochado al germano no haber cumplido "las reglas de juego" durante el diluvio caído en el Gran Premio de Malasia, hace dos semanas.
"No había ninguna orden del equipo diciendo que no se podía adelantar", dijo Schumacher.
"Después de la prueba hubo una situación difícil. No hemos hablado desde entonces, pero debemos sentarnos y discutir lo que pasó", admitió el triple campeón del mundo.
El brasileño Rubens Barrichello, por su parte, dijo que aprendió "a no hablar demasiado en la Fórmula 1. Sin embargo, no voy a conducir de forma distinta contra Michael, porque ese no es mi estilo".
En otro orden, Schumacher aseguró que "no hay negociaciones", ante los rumores extendidos en Europa de que Toyota quería ficharlo para el debut del equipo japonés en la máxima categoría en la temporada 2002.
"No sé si Toyota está interesado en mí", dijo el actual líder del mundial de pilotos, antes de agregar: "Ya expliqué más de una vez que lo primero para mí es llegar a fin de temporada". El contrato del alemán con Ferrari finaliza en 2002.
Por el momento, el revuelo causado tras los rumores sobre las intenciones de Toyota, en vísperas del Gran Premio de Brasil, es un hecho. Ahora, el lema publicitario de Toyota, "Nada es imposible", puede hacer el resto.
| |
La Ciudad
