Gustavo Conti
El autódromo de Interlagos, ubicado en el casco urbano de la interminable San Pablo, aunque saliendo hacia el sudoeste, ya empezó a vivir el clima previo a la actividad en pista, que oficialmente comenzará a las 11 de hoy con la primera hora de ensayos libres de la Fórmula 1, que el domingo correrá el 29ª Gran Premio de Brasil, tercera carrera de la temporada. Y la mayor preocupación de los pilotos y equipos es el estado de la pista, que ayer lució muy sucia tras la lluvia del miércoles y además con algunas obras incompletas.
Instalados desde principios de semana, los mecánicos de todos los equipos trabajaron a destajo para dejar a punto las máquinas, pero no fueron los únicos. El departamento de computación de cada team también estuvo a full, lo mismo que los encargados de la comida y los diversos refrigerios. En la Fórmula Uno no hay nada librado al azar y todos aportan en consecuencia de acuerdo a su rubro.
No todos los pilotos se hicieron ver por el circuito, ya que varios estuvieron enfrascados en sus actividades promocionales (tal el caso de Gastón Mazzacane), donde convive toda la Fórmula 1: el lujosísimo hotel Transamérica, y no tuvieron tiempo de llegar al circuito, que está bastante cerca del alojamiento construido especialmente por la cercanía del autódromo. Allí también la FIA instaló su búnker.
Sólo Tarso Marques se hizo ver por Interlagos entre los pilotos locales durante toda la jornada. Luciano Burti (Jaguar) recién llegó a la tarde, mientras que Rubens Barrichello (Ferrari) y Bernoldi (Arrows) estuvieron dedicados a otras actividades, lo mismo que los dos pilotos de McLaren, Mika Hakkinen y David Coulthard, Jacques Villeneuve de BAR y el propio compañero de Mazzacane, el francés Jean Alesi.
La máxima preocupación de los pilotos es el estado de la pista, y no sólo por sus ondulaciones y sus cambios de peralte en una misma curva, que ya forman parte de la estética del circuito, así como sus excitantes subidas y bajadas extremadamente pronunciadas.
Las preocupaciones tienen que ver con que el circuito lució ayer muy sucio y se teme que el clima no ayude. Es que las mejoras a la pista exigidas por la Federación Internacional del Automovilismo se realizaron con suma premura, ya que un conflicto por la concesión de las obras demoró las mismas más de la cuenta. Y en el sector de la interminable salida de los boxes, todavía ayer se estaba trabajando, acondicionando sobre todos los guard-rails.
En tanto, los operarios de la empresa concesionaria de la obra trabajaron a destajo ayer recorriendo los 4.309 metros de la pista caminando y con escobillones en la mano, sacando la tierra que la lluvia arrastró al circuito luego del intenso temporal del miércoles, tras lo cual un carro hidrante lavó la pista.
En cuanto al clima las perspectivas no son alentadoras, sobre todo para los usuarios de Michelin (Prost, Minardi, Jaguar, Bennetton y Williams), cuyas prestaciones en el agua no fueron buenas en Malasia. Apenas pasado el mediodía de ayer cayó una tenue llovizna que mojó la pista y el pronóstico para hoy prevé también una situación meteorológica inestable.
La actividad para hoy será la siguiente: de 11 a 12 y de 13 a 14, pruebas libres de Fórmula 1; de 14.30 a 15.15 y de 15.45 a 16.30, dos tandas clasificatorias de la Fórmula 3000 (que ayer no ensayó como se preveía para terminar los trabajos en pista).
La Fórmula 1 vivió a full su primer día oficial en pista en Interlagos, pero recién hoy cobrará su verdadera dimensión cuando se escuchen los primeros rugidos de motores. Allí se sabrá si los temores son fundados o formarán parte de la anécdota.
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La Ciudad
