La contundente derrota sufrida por los canallas ante Lanús dejó perplejo a Edgardo Bauza. Pero, tal vez, más que enojado con sus jugadores al Patón se lo notó sumamente fastidioso con el árbitro Gustavo Bassi. Durante varios pasajes del encuentro el técnico auriazul se quejó por algunas sanciones injustas en contra de su equipo y otras no cobradas a su favor. El Patón observó el encuentro en un asiento ubicado al lado del banco de suplentes. Desde ahí daba las órdenes a sus jugadores y masticaba bronca con cada sanción del referí. Reclamaba constantemente y le recriminaba al juez asistente número uno, Alberto Barrientos. Pero no había caso. Bassi se equivocaba y su equipo lejos estaba de mejorar el rendimiento para evitar la derrota. Tras el final del cotejo, Bauza se dirigió inmediatamente al vestuario y luego de algunos minutos salió presuroso sin hacer declaraciones. Mientras algunos de los futbolistas dialogaban con los periodistas apostados en el vestuario visitante, el Patón aprovechó para salir rápidamente y esquivar a los cronistas. Tras lograr su cometido, se subió al ómnibus de la delegación y se sentó a meditar. Tal vez la decisión de no hablar haya pasado para no decir algo fuera de lugar en caliente. Seguramente contra el juez. ¿O también por lo hecho por el equipo?
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