El talento sin límites del pibito Javier Saviola y el notable oportunismo del Chapulín Martín Cardetti -casi nada más que eso- hicieron posible lo que en varios pasajes del partido parecía imposible: que River no sólo venciera a Estudiantes de La Plata, sino que lo goleara por un extrañísimo resultado tenístico de 6 a 2. Este triunfo en la primera fecha del Clausura permitió que el cuestionado Américo Gallego aliviara su todavía inestable situación como director técnico, más considerando que Boca resignó inesperadamente dos puntos en su empate ante Argentinos Juniors y que el conjunto de Núñez se convirtió en el único grande en capturar los tres puntos en el estreno. El partido, de desarrollo intenso, por momentos dramático y con final electrizante, plagado de errores defensivos como así también de chances de gol, se jugó en un Monumental con 15.000 espectadores que soportaron a pie firme una lluvia constante y torrencial. El primer tiempo finalizó 1-1, pese a que el equipo platense fue muy superior, gracias a la gran tarea de su veterano armador Roberto Tito Pompei, quien se hizo un festín por el sector izquierdo ante la frágil marcación del Chacho Coudet y del errático lateral Hernán Díaz, a quien su nutrida batería de mañas parece sostenerlo como titular. El reaparecido zaguero paraguayo Celso Ayala, lo más rescatable de River en el fondo, abrió el marcador a los 21' mediante un soberbio anticipo de cabeza sobre Pablo Quatrocchi, quien dos minutos más tarde se tomó rápida y correspondiente revancha con un remate de sobrepique, libre de marcas, tras un excelente pase largo de Pompei. El debutante arquero millonario Franco Costanzo fue, junto al imparable Saviola y al incansable tiempista Leonardo Astrada, lo mejor de River en una primera parte de la cual Estudiantes mereció una ventaja de al menos dos tantos. Pero el joven uno de River estropeó su trabajo a los 52', cuando cometió un error garrafal en un centro llovido que se le escurrió de manera infantil e inexplicable, posibilitando que el inteligente y muy dinámico volante chileno Alejandro Osorio igualara por segunda vez, sólo dos minutos después del cabezazo goleador de Cardetti. Pero el rumbo del encuentro cambió a los 56', en el momento en el que Gallego se decidió a mandar al ruedo al paraguayo Nelson Cuevas en remplazo del chico debutante Daniel Ludueña, a quien le pesó demasiado la primera vez y entonces se abrieron mayores surcos y oportunidades para las intenciones de River de quedarse con la victoria. Pero no fue nada sencillo el asunto. Su defensa siguió exhibiendo fisuras por todos lados y la valla de Costanzo a punto estuvo de ser vulnerada en más de cinco ocasiones. Entonces, cuando a los 65' Coudet puso el 3 a 2 luego de otra participación decisiva de Saviola, River optó por plantarse decididamente de contraataque, en virtud de que Estudiantes le jugaba de igual a igual, a veces lo superaba y también anhelaba llevarse el premio mayor. Pero apareció otra vez Cardetti y llegó el 4 a 2. También Saviola tuvo su merecido premio al marcar el quinto a los 72' y casi en el descuento el Chapulín cerró la cuenta con un exquisito zurdazo de emboquillada. Entre medio, Estudiantes fue y fue, creó varias situaciones de gol, pero careció de la fortuna que sí tuvo River a la hora de la definición. Y los millonarios deben seguir agradeciendo a la magia de Saviola, a la que ayer se sumó el filo de Cardetti y la experiencia de Astrada y Ayala para seguir soñando.
| |