Merced a una oportuna reacción y al penal que el arquero Guillermo Hernando le desvió a Eduardo Tuzzio, Gimnasia y Esgrima La Plata rescató ayer en esta capital un justo empate en dos goles frente a San Lorenzo de Almagro, que parecía un triunfo sellado para la visita. Ante unos 18 mil espectadores, Leandro Romagnoli abrió la cuenta en el mismo epílogo del primer tiempo, Bernardo Romeo la llevó a dos a los ocho minutos del complemento, a los 21 de la segunda mitad un cabezazo de Ariel Pereyra estableció el descuento y, a sólo seis minutos de que se bajara el telón, el uruguayo Guillermo Sanguinetti tomó un rebote con un remate seco y violento para el equitativo empate. En el primer tiempo funcionó mejor San Lorenzo, en base a la superioridad que ejerció en el mediojuego un sólido rendimiento de todos sus volantes, pero en especial Tuzzio y Walter Erviti; así como con las proyecciones de Lucas Pusineri. Precisamente, a los ocho minutos, de un desborde de Pusineri por derecha se originó la primera situación de riesgo: la trayectoria de un centro rasante del ex mediocampista de Almagro fue desviada por Romeo, sobre la línea rechazó con esfuerzo Leandro Cufré, la pelota pegó en el palo, Romeo tomó el rebote y Cufré volvió rechazar, esta vez providencialmente, para evitar la caída de la valla gimnasista. Pero nada pudo hacer el arquero en el minuto de descuento, ya que un pelotazo de Erviti -que Darío Cavallo no logró despejar- derivó en Romeo, éste se lució haciéndole un sombrerito al volante cordobés, habilitó a Romagnoli y, pese a estar apareado por dos rivales, los anticipó con un remate bajo que se introdujo junto al palo derecho del arco mens sana. Otra vez arrancó mejor la visita en el período complementario, controlando el balón y agregándole más ambición a su juego. A la vez, Gimnasia se defendió con sólo tres en la retaguardia, lo cual posibilitó que se filtraran más los ataques rivales. Por ello no extrañó que, tras buena jugada personal de Erviti, Romeo recibió un buen pase profundo y, en soledad, estableció el segundo tanto con un zurdazo. De todos modos, Gimnasia persistió en sus ataques aéreos (su arma ofensiva predilecta) y un centro de Claudio Enría aterrizó en la cabeza de Pereyra, quien marcó el descuento. Sobre los diez minutos finales Gimnasia hizo méritos para quedarse con la igualdad (Diego Saja contuvo un violento disparo cruzado de Favio Fernández con destino de gol), que finalmente consiguió gracias a un rebote que capturó Sanguinetti y dejó sin chances al guardavallas sanlorencista.
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