"Siempre decía que no era una de las pruebas más difíciles, pero hoy ha cambiado la historia. Fue una de las peores maratones mías en cuanto a sufrimiento", confiaba el catalán David Meca Medina acerca de lo parejo que fue durante gran parte del trayecto la carrera Puerto Gaboto-Rosario. Y a su vez el catalán quiso hacer un reconocimiento especial a todos los que llegaron a la meta afrontando las malas condiciones atmosféricas. La estrategia de Meca Medina fue estar metido en el pelotón para empezar a sacar distancias a partir de los tres cuartos de carrera. "La idea era aguantar porque veníamos muy fuerte desde el principio. Sabía que faltando dos horas podía imponer mi ritmo, si las fuerzas me acompañaban, y por suerte así pasó". Justamente emplear toda la energía no es sencillo cuando el cuerpo sufre los embates de un río picado. Así lo explicó el ganador: "Es necesario pensar que no hay dolor, aunque lo sientas en los hombros, las piernas, la espalda y te molesten las olas que te chocan la cara. Tenés que pensar que los otros la están pasando peor que tú. Y consolarte con eso. Pero igual la pasás horrible". Tanto sacrificio tuvo el epílogo que todo competidor añora: la gloria. Aunque el catalán lo hizo por cuarta vez en igual cantidad de participaciones (1997, 1998, 1999 y 2001), la satisfacción del triunfo siempre tiene un sabor distinto: "Si es difícil ganarla una vez, hacerlo cuatro es mucho mérito. Porque bien dicen que es más difícil repetir que conseguirlo por primera vez".
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