a crisis de la vaca loca recrudeció en Europa y asestó un duro golpe al mercado mundial de carnes. Las repercusiones no se hicieron esperar y los primeros coletazos llegaron a la Argentina, que vio caer los precios de las exportaciones vía cuota Hilton. La luz de alarma encendió los ánimos de los integrantes de la cadena de carnes para retomar las actividades de promoción de los productos cárnicos argentinos en el exterior. Así, el gobierno desempolvó el proyecto del Instituto de Promoción de Carne. Girardi: La Argentina tiene que encarar los mercados, no diciendo lo que tienen mal los otros sino haciendo mención de lo bueno que tenemos nosotros. Es el momento de encarar esto con todo y enseñarles a los funcionarios de todas las áreas lo que es el campo. Todavía no tomamos conciencia de que el Mercosur es la potencia en el mundo número uno en ganadería. Creo que hay que encarar el tema de la promoción con mucha cautela. No hay que hacer el súper fondo porque puede originar la súper macana. Aquí es necesario poner a trabajar a las embajadas argentinas en el mundo al servicio de la producción. Hace 60 años la Argentina era el principal exportador de carne del mundo, superábamos el 50% del comercio mundial. Hoy estamos ocupando el 5% del volumen mundial. Un mecanismo bueno sería adecuar a los embajadores para que sean vendedores. Carnevale: Un buen ejemplo es lo que está pasando con Chile. Ellos tienen un potencial mucho menor y realmente los embajadores se comportan como vendedores. Hace poco vinieron a visitarnos un grupo de franceses y comentaban que sus hijos reconocían en las góndolas la calidad de las manzanas chilenas o del cordero neocelandés. Los embajadores de esos países tienen realmente la camiseta puesta. En vez de estar haciendo fiestas están vendiendo. Están chequeando los embarques cuando llegan a cada uno de los países. Tienen protocolos de chequeos. No siempre cuando llega la mercadería a cada puerto europeo podemos contar con alguien que verifique los envíos de carne argentina. A veces otros países, con menor potencial que el nuestro pero con mejores embajadores llegan a los mercados y las góndolas del exterior con mucha más confianza que nosotros que tenemos el potencial país adentro pero no lo podemos transferir góndolas afuera. Girardi: Otra cosa que tenemos que definir y donde hay grandes contrariedades en la producción ganadera argentina es qué sistema potenciamos para posicionarnos. Nosotros tenemos que promocionar un sistema natural en base pastoril. No puede ser que erróneamente digamos que la carne de calidad o la más tierna es la de feed lot. Esas son consecuencias de no haber trabajado en conjunto ganaderos y frigoríficos. Hay que aumentar el peso de la faena y al mismo tiempo hacerle ver al consumidor que de ese modo no va a consumir una carne dura. Al contrario va a ser mucho más sabrosa y tierna si tiene el proceso adecuado de maduración. Porque, por otra parte, toda carne que va destinada a cortes Hilton, que son los mejores, provienen de animales arriba de los 440 kilos y son animales que cuando llegan al plato son súper tiernos. Méndez: Si no se soluciona el problema del mercado interno, de igualdad de condiciones para todos, la industria exportadora va a poder promocionar pero no va a tener qué vender. Sólo va a poder hacerlo con subsidios y tampoco eso es bueno. No va a haber excedentes porque va a tener que competir con un mercado ficticio en la formación de precios. Hoy sabemos que la industria está desfinanciada, que muchas veces los precios son producto de una rueda financiera, no de una realidad de mercado. Entonces, me parece importante emprolijar el mercado interno para saber cuál es la oferta ganadera que tenemos porque lo más probable es que no tengamos que vender. Esto no es sólo una función de la industria sino de los productores. Porque acá para que haya faena clandestina, también hay culpa del productor. Si no porqué no consultan con la Afip cuál es la cantidad de cabezas que están declaradas por los productores y verán que no tienen las 50 millones que nosotros decimos. Girardi: Respecto de las campañas de promoción, nosotros consideramos que tienen que ser permanentes, no esporádicas. Si no, no sirven. El instituto de promoción, al cual defendemos y fuimos sus gestores, tiene que estar no para recaudar sino para hacer. A su vez, no hay que olvidar a la producción porque si no hay producción no tiene sentido la promoción. En este instituto tienen que tener en cuenta no solamente a determinados dirigentes que estén en Buenos Aires, sino del lugar donde están las vacas, en el campo. Carnevale: Es muy grande el desafío que va a tener esta promoción. Para el 2001 se cree que el consumo de carne en Europa, que más o menos en promedio por país era entre seis y ocho kilos, va a bajar a dos y a lo mejor menos. O sea, el trabajo de promoción va a tener que ser duro y los embajadores vendedores van a ser estrictamente necesarios. Méndez: El Instituto va a ser para promocionar las carnes tanto en el mercado interno como externo. No nos olvidemos que el argentino es un gran consumidor de carne y al productor poco le deba importar dónde se consuma siempre y cuando le paguen por su hacienda bien. No sea que por exportar nivelemos para abajo el precio de la hacienda. Por otro lado, hay que tener en cuenta que el tema de la vaca loca plantea un problema no sólo para las exportaciones sino que obliga a extremar los controles para evitar el ingreso del mal. Girardi: Por eso, hay que tener un Senasa fuerte, jerarquizado, porque es el organismo de control creíble internacionalmente. No sólo debe ser el que nos controle a nosotros sino el auditor de todo.
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