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 lunes, 05 de noviembre de 2007  
Comparaciones odiosas

Gustavo Conti / La Capital

Las comparaciones son odiosas. Sobre todo si de descenso se trata. Pero sirven. Más allá de que los contextos sean otros, existe conexión entre la situación difícil en la que lidian Newell’s y Central, y las que vivieron por última vez. La misma carga de angustia los envolvió y si una conclusión surge nítida para ambos, es que precisaron hacer una gran campaña en uno de los dos torneos de la temporada para zafar. En vistas de que este Apertura no será el caso, ahora estarían obligados a estar en el primer cuarto de la tabla del Clausura.

Newell’s eludió el descenso por última vez en la temporada 94/95 con Jorge Castelli al mando (más allá de que lo terminó dirigiendo Raúl Donsanti), cuando los partidos ganados valían 2 puntos. Y Central en la 02/03 cuando lo tomó Miguel Angel Russo. Lo único que los diferenció es que los rojinegros alivianaron su carga con lo hecho en el Apertura, mientras que los auriazules sufrieron con el promedio hasta el Clausura.

Claro que al club del Parque lo benefició que no existía la Promoción, porque si no la hubiera disputado. Pero si se transformara todo a la actualidad, y los encuentros ganados valdrían 3 puntos, Newell’s superaba a Platense y la evitaba.

¿Cuántos puntos hizo en esa temporada? Con el sistema actual, 50 (30 en el Apertura, donde fue 4º, y 20 en el Clausura, 15º). Si hoy tiene 18, le faltarían 32 y más también.

Buscando otras referencias, a Newell’s lo benefició que el ascendido Talleres hiciera una mala campaña y que Mandiyú, que dividía igual, fuera 19º en un torneo y 18º en otro.

Como Newell’s esa vez (y también en esta temporada), Central empezó la 2002/03 como el peor promedio entre los iguales. El Apertura arrancó muy bien con Menotti pero desbarrancó y Russo debió tomarlo para terminar 13º, con 25 puntos que hoy se envidiarían. En el Clausura brilló, sumó 37 puntos (o sea, en total 62), terminó 4º como Newell’s con Castelli, y en la penúltima fecha escapó hasta de la Promoción.

Quizás hoy, con 10 puntos, no necesite 52 para salvarse porque su promedio no es el peor, pero de acá en más deberá estar en el orden de los 35 para arriba. Aquella vez Talleres arrancó con 91 puntos la temporada, bastante tranquilo como Central en esta, pero sumó 44 y quedó igual en Promoción.

A los auriazules también los benefició que Huracán, que tenía un promedio cómodo, fue último los dos torneos y descendió. Hoy no hay un rival así, aunque Central zafó igual pese a que los dos ascendidos se quedaron en Primera, algo que hasta hoy no pasa. Otra comparación, preocupante: uno de ellos, Olimpo, finalizó el Apertura en descenso directo, como está ahora.

Central y Newell’s no están mal solo por el pasado, sino por su presente. Y no les quedará más que protagonizar lo que vendrá. Al menos, si se lo ve comparativamente, que es odioso pero nunca está demás. l
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