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 lunes, 05 de noviembre de 2007  
La Justicia ordenó el desalojo de la planta del lavadero Virasoro

Un juez instruyó a la policía de Rosario para que cumpla con la orden de desalojo de la planta del lavadero Virasoro, ubicado en Ovidio Lagos 4650, que desde hace más de cuatro meses se encuentra paralizado a raíz de un conflicto gremial que impide a más de 250 trabajadores ingresar a la empresa.

La decisión fue adoptada el último jueves por el juez Eduardo Suárez Romero y podría concretarse en las próximas horas, aunque esta no es la primera vez que la Justicia dispone el desalojo de la planta y después no se hace efectiva.

Ahora el magistrado consideró que “está superada la instancia de diálogo abierta en procura de resolver el conflicto” y destacó que los empleados que mantienen un piquete en la puerta del establecimiento industrial “no concurrieron a ninguna reunión conciliatoria” y que, al haber sido calificado como pluriindividual y no colectivo, es improcedente el llamado a conciliación obligatoria.

Por su parte, el secretario general del Sindicato Unico de Trabajadores Químicos y Petroquímicos de la ciudad de Fray Luis Beltrán, Daniel Santillán, reconoció que su gremio no tiene legalidad para actuar en el conflicto y rechazó, por lo tanto, que haya declarado huelga alguna.



“Mira para otro lado”. Algunos testimonios sobre este conflicto dan cuenta del fracaso de anteriores intentos por normalizar la actividad. Uno de los empleados que quiere entrar a trabajar señaló a La Capital: “Acá no se entiende nada. La patronal nos dice que debemos ingresar porque tenemos derecho y nos protegen la ley y la Justicia, pero desde hace más de tres meses, cada vez que queremos entrar, los patoteros nos corren a palos, la policía mira para otro lado y la Justicia no envía la orden. Para colmo corren rumores de que el lavadero cierra y se va a San Luis”.

Por su lado, un delegado obrero opinó que “todos estamos afiliados a la Unión de Trabajadores Tintoreros, y el Sindicato de Químicos de Beltrán no tiene nada que hacer en esta jurisdicción y en esta empresa. Pero parece que los químicos tienen buena llegada a la Secretaría de Trabajo provincial, a los jueces y a la policía, porque veinte de sus matones desde hace cuatro meses hacen y deshacen para impedirles trabajar a nuestros compañeros y ya han mandado a cuatro al hospital sin que nadie haga nada”.



Inconcebible. También, un empleado jerárquico del lavadero dio su punto de vista: “Lo que sucede aquí es inconcebible: la dirección de la empresa está copada y no pueden entrar ni los directivos, ni los clientes, ni los proveedores ni los trabajadores. La capacidad instalada industrial es sensible y si no se ha deteriorado puede deteriorarse en cualquier momemto”.

“Cuando le pregunto al dueño de la empresa me contesta: ¿Y qué quiere que haga si no puedo entrar y en esta provincia nadie me escucha? Lo que ocurre en el lavadero Virasoro es un espejo en el que tienen que mirarse muchas empresas, que están en riesgo de ser tomadas por un puñado de activistas pagos, porque esto no puede ocurrir gratis”. l
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