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 domingo, 04 de noviembre de 2007  
En profundidad. Victoria Donda será la primera hija de desaparecidos que llega al Parlamento nacional
Al Congreso “por la patria, los desaparecidos, Evita y el Che”
La nieta Nº78 restituida por Abuelas será desde el 10 de diciembre diputada por el oficialismo

Rodolfo Montes / La Capital

“¿Vos nena, de quién sos secretaria?”, le preguntó hace pocos días la diputada Graciela Camaño a Victoria Donda en un encuentro en el Congreso.

“Ya se va a dar cuenta. Nosotros no tenemos secretarios, tenemos compañeros”, comentó, sonriente, Vicky, militante de la agrupación Libres del Sur, quien acaba de ingresar a la Cámara de Diputados en la lista del Frente para la Victoria (FPV) de la provincia de Buenos Aires por pedido directo del presidente Néstor Kirchner.

“¿Conocías el Congreso, por dentro?”, insistió

“Sí —respondió— cuando lo echamos a (Adolfo) Rodríguez Saá. El día que se rompieron las puertas; el episodio de los sillones y el fuego ( risas).

Victoria nació en el campo de concentración y exterminio de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) en agosto del 77. Y con un trámite de falsa adopción fue entregada a una familia de militares, que la apropió.

Su madre, María Hilda Pérez de Donda, secuestrada en la Esma, y su papá, José María Laureano Donda, también secuestrado, de apenas 20 y 22 años respectivamente, eran militantes montoneros de la zona oeste del Gran Buenos Aires. Ambos permanecen desaparecidos.

De sus treinta años de vida dedicó 15 a la militancia política (en la Agrupación Patria Libre, luego Libres del Sur) y a estudiar derecho (le resta un práctico final para obtener el título en la Universidad de Buenos Aires). Es concejal en Avellaneda desde 2005 y jurará como diputada nacional el próximo 10 de diciembre: “Por la patria, los 30 mil desaparecidos, Evita y el Che”, anticipó en entrevista exclusiva con La Capital.

Vicky Donda, la nieta Nº78 restituida por las Abuelas de Plaza de Mayo en 2004, no piensa ocupar una banca como la nieta rebelde que no sabe nada”. Si bien —admitió— “tuve un lugar en la lista por ser nieta restituida, no lo puedo negar, llego al Congreso a impulsar proyectos, leyes, producto de una construcción política colectiva de la agrupación a la que pertenezco. Estoy preparada”, advierte.

“Vos avanzá con tus proyectos”, le dijeron en la Casa Rosada el último jueves. La primera hija de desaparecidos nacida en la Esma (ahora diputada nacional) prometió trabajar para derogar la “mal llamada” ley de radiodifusión. “Vamos a salir duro —avisa— si el objetivo es sacar el proyecto aprobado”. ¿Por qué no se derogó la ley heredada de la dictadura después de casi 25 años de democracia?, “porque, creo, nadie se ha decidido a tocar intereses de los medios de comunicación”, explicó.

—¿Qué espera de estos cuatro años en Diputados?

—Llegar al 2011 sin pobres en la Argentina. Y en lo personal, un poco de estabilidad: seguir con el mismo nombre, el mismo domicilio, el mismo novio, el mismo trabajo. (risas)

—¿Ve en Cristina continuidad o cambio, y hacia dónde?

—Todos los contenidos políticos progresistas de este proyecto político de los Kirchner (derogación de las leyes de la impunidad y aumentos en salarios y jubilaciones, entre otras buenas decisiones) son parte de un proceso de demanda de la sociedad. Y en el futuro, con Cristina, vemos una continuidad. Las medidas progresistas las pide y las acompaña la gente; de lo contrario, no hay medidas progresistas. Cristina responde a un proyecto político, no se trata de un tema unipersonal.

—¿Se define como peronista?

—En lo personal, puedo decir “soy peronista”, pero en la organización política en la que trabajo tenemos distintas identidades. Nosotros creemos que cada cual puede traer la identidad que tiene; necesitamos terminar con el peronómetro. La división entre peronistas y no peronistas hay que superarla. El Partido Justicialista, como andamiaje jurídico, está en declinación, y pronto se agotará. Desde 2005 hasta acá, donde se presenta el “PJ puro” (con apoyo o sin apoyo de Kirchner) pierde la elección.

—Aunque el universo cultural peronista constituye la principal fuerza de la alianza política triunfante de Cristina.

—Todo bien con el sentimiento peronista, se puede llevar en el corazón. Pero en la cabeza tenemos que armar otra herramienta política y jurídica más amplia y convocante. La generación actual de jóvenes de 15 a 24 años identifican al peronismo con Menem y con Duhalde, y no les provoca ningún entusiasmo. Necesitamos otra cosa.

—Hay quienes anuncian una supuesta vuelta de Kirchner al PJ, ¿lo ves posible o se trata de un deseo interesado de algunos?

—No ocurrirá. Lo que sí debemos hacer es tener dentro del Frente para la Victoria al PJ, porque si está afuera puede lastimar (risas). Hay que tenerlos contenidos a los muchachos, pero tienen que comprender que serán parte de un movimiento más amplio.

—En la lista del FPV de Buenos Aires que integró también figuraron nombres como José María Díaz Bancalari, ¿qué sintió?

—No es sencillo, hicimos un esfuerzo hoy, pero con la expectativa de que en 2009 o 2011 ya no hayan más Díaz Bancalaris en la lista. De todos modos, no comparto en todo el concepto “apoyo lo que hay” al aparato del PJ para no perder. Con esa lógica apoyaron a Rovira en Misiones, y perdieron; apoyaron al PJ en Tierra del Fuego, y perdieron; a De la Sota en Córdoba, y quedó el peor escenario. Dividieron progresismo en Capital, y ganó Macri.

—En algunas ciudades importantes, como Capital Federal, Rosario y Córdoba, entre otras, el voto de Cristina quedó en minoría, ¿cuál es su mirada?

—No pudimos reflejar en el armado político, en las propuestas a la sociedad, los cambios que se vinieron gestando en el gobierno. Los sectores medios necesitan visualizar un armado político distinto, y me pareció poco feliz pedirles que “dejen de votar como en una isla” (por las declaraciones del jefe de Gabinete, Alberto Fernández). Es cierto que la oposición no construyó nada, que los votos de Carrió son prestados, pero necesitamos autocrítica y mayor sofisticación para llegar a los sectores medios y altos de la sociedad.
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