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 domingo, 19 de agosto de 2007  
30 años sin una leyenda del humor

Liliana Martínez Scarpellini / DPA

Perdonen que no me levante”. Fue lo que quiso que pusieran en su tumba. No le hicieron caso, pero para Groucho Marx una frase genial, irónica, sarcástica, nunca estaba de más. Eso y muchas otras líneas de humor inteligente engrandecieron su leyenda. Hoy se cumplen 30 años de su muerte.

   Su inmenso talento le convirtió casi en un personaje de dibujos animados, por su falso bigote y sus enormes cejas, su caminar desgarbado y sus gestos exagerados, imagen característica de la meca del cine junto a las faldas de Marilyn Monroe o el bombín de Charlie Chaplin.

   Pero detrás de la apariencia circense se escondía un genio del humor, un pensador que llegaba mucho más allá con sus sarcasmos, un talento único como el de Picasso, según dijo Woody Allen de él una vez.

   Sus célebres frases cortas, que marcaron más de un docena de películas con sus hermanos, siguen siendo citas habituales, y de ser un cómico rayando en lo ridículo, se convirtió en un fenómeno de culto.

   Pese a eso, su muerte un 19 de agosto de 1977, recibió mucha menos atención de la esperada, ya que tres días antes Elvis Presley había sido la causa de una conmoción nacional por su fallecimiento sorpresivo a los 42 años.

   Quedaron pocas lágrimas para Groucho, que sin embargo fue elegido dentro de la lista de los 50 actores más influyentes de la historia por el Instituto Americano de Cine.

   Hijo de inmigrantes alemanes judíos, Julius Henry Marx nació en Nueva York en 1890, en una familia de cinco hermanos que años más tarde se harían famosos por sus actuaciones cómicas.

   Curiosamente Groucho, el tercero de los hermanos, era el introvertido y callado de la familia, el niño que no recibió la atención de los mayores (Harpo y Chico) ni de los dos pequeños, Zeppo y Gummo, por lo que logró desarrollar con los años una personalidad cortante para lograr atención.

   Comenzó con vodeviles durante dos décadas hasta que Broadway le abrió las puertas a él y a sus cuatro hermanos en “I´ll Say She Is” en 1924. De ahí saltaron al éxito de “Cocoanuts” y su posterior paso por estudios de cine como la Paramount Pictures y la Metro Goldwyn Meyer les hicieron verdaderamente famoso en Hollywood.

   Groucho lideraba las cintas con personajes de nombres estrambóticos, suplantando a médicos, doctores o directores de hotel, a los que siempre acompañaban Harpo y Chico con su endiablada habilidad para tocar el arpa y el piano, respectivamente.

   Nunca quiso ser un cómico grotesco usando chistes sexuales y se mantuvo siempre cerca de sus hermanos. Sobrevivió a tres de ellos, incluyendo al menor, Gummo, que falleció cuatro meses antes que Groucho.

   Tuvo tres hijos y estuvo casado tres veces.l
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