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sábado,
07 de
julio de
2007 |
Una fuerte decisión política
El fracaso de la estrategia inflacionaria del gobierno llevó por unos meses al ostracismo al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Luego de un año de reinar en los acuerdos de precios, la figura del poderoso funcionario salió de escena en los primeros meses del año, al tiempo que crecía el protagonismo de la ministra Felisa Miceli.
La crisis energética, y una oportuna y misteriosa bolsa de dinero encontrada en el despacho de la jefa de Economía, lo devolvieron al frente de batalla. Con la ley de abastecimiento como arma, terció en el conflicto por falta de gasoil y, avalado por el ministro de Planificación, Julio De Vido, eclipsó al secretario de Energía en el manejo de la crisis energética.
La breve expedición punitiva a la distribuidora de gas del Gran Buenos Aires marcó un claro posicionamiento del presidente Néstor Kirchner frente a la crisis energética.
Convencido de que los problemas de suministro energético no son técnicos sino que forman parte de una pulseada política, el presidente desechó las alternativas sobre un plan de ahorro y eligió el camino de meter presión a las prestadoras del servicio.
En esa estrategia, el otrora desplazado secretario de comercio Interior volvió al primer plano y promete seguir recuperando terreno. La semana próxima, inspectores de esa dependencia saldrán a inspeccionar molinos harineros para garantizar que se cumpla con el acuerdo de precios del pan.
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