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 viernes, 25 de mayo de 2007  
Zapatero y Rajoy miden su poder en elecciones locales

Madrid.- España celebrará el domingo próximo elecciones municipales y autonómicas en las que los máximos líderes del país, el presidente socialista José Luís Rodríguez Zapatero y el opositor Mariano Rajoy, medirán sus posibilidades de cara a las elecciones generales de 2008.

Casi 34 millones de electores decidirán los alcaldes de 8.111 municipios y 65.347 concejales, que a partir de los resultados, mediante elecciones indirectas, conformarán las diputaciones provinciales.

También serán elegidos los parlamentos de 13 comunidades autónomas -salvo Cataluña, Galicia, País Vasco y Andalucía- y a los representantes de las asambleas de Ceuta y Melilla, enclaves españoles del norte de Africa.

Los votos de más de 100.000 españoles que residen en el exterior y fueron autorizados a votar, en su mayoría gallegos que viven en Argentina, serán decisivos en al menos unos cincuenta pequeños municipios de Galicia.

La del domingo será la primera gran convocatoria electoral desde las elecciones generales de 2004, cuando tres días después a los atentados contra el servicio ferroviario de Madrid que costaron la vida a 191 personas, los españoles expulsaron de la presidencia del gobierno al conservador Partido Popular (PP) y dieron el poder al Partido Socialita Obrero Español (PSOE).

Ambos partidos ven estas elecciones, en las que se disputan los poderes territoriales, como un trampolín hacia las generales del próximo año, de ahí que el peso de la campaña electoral haya recaído en los hombros del presidente Zapatero y del líder de la oposición, Mariano Rajoy.

En un intento por capitalizar al electorado que votó a Zapatero en las elecciones generales de 2004, el PSOE apostó por una campaña centrada en los logros del gobierno y, al mismo tiempo, se encargo “destapar” los casos de corrupción urbanística en los que está presuntamente involucrada la oposición.

Sin embargo, el PP logró llevar el debate al terreno de la “lucha antiterrorista”, eje de su estrategia para desgastar al gobierno, especialmente tras verse truncado, con el atentado de Barajas del 30 de diciembre pasado, el proceso de diálogo abierto por Zapatero con ETA para negociar el abandono de las armas.

A las reiteradas denuncias de Rajoy sobre las supuestas cesiones del gobierno ante ETA, se sumaron las declaraciones del ex presidente José María Aznar, quien acusó a Zapatero de dividir a España y afirmó que “cada voto que no vaya al PP serviría para que ETA esté en las instituciones”.

Por su parte, Zapatero, intentó eludir este debate y reiteró en casi todos sus mítines que con el “voto socialista” se defiende el bienestar, el empleo, la salud y la educación.

No obstante, en sus últimas intervenciones el presidente del gobierno insistió en la necesidad de que los ciudadanos “acudan a votar el próximo domingo” porque “votando también se fortalece la convivencia” pero también, advirtió, para combatir al PP, “que quiere ganar con la abstención”.

El PSOE sabe que si logra movilizar al electorado que lo votó en las generales de 2004, puede ampliar su diferencia respecto al PP, que en 2003 obtuvo menos votos pero se quedó con la mayor cantidad de cargos.

Si el PSOE logra ese objetivo, podría recuperar un espacio importante, aunque parece difícil que logre el tan deseado y simbólico triunfo en el Ayuntamiento (municipio) y en la comunidad de Madrid, en manos de los “populares” Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre, respectivamente.

Precisamente, será en Madrid donde el PP intentará sacar mayor rédito político de la movilización de su electorado, mientras el PSOE hará lo suyo en Barcelona.

A nivel territorial, pese a que no se prevén grandes cambios en el mapa político, se librarán batallas significativas en Navarra, Canarias y Baleares.

En tanto, lo que suceda en el País Vasco dependerá de cómo los ciudadanos valoren en las urnas la decisión del gobierno español de impugnar ante la justicia 379 candidaturas independentistas presuntamente vinculadas al ilegalizado partido Batasuna, considerado el brazo político de ETA.

También influirá en la opinión de los electores el clima político vivido en los últimos días, y que ayer estuvo marcado por el hallazgo de un artefacto explosivo debajo del auto de un candidato socialista en el municipio de Zarautz, que no explotó y que fue atribuido a grupos afines a ETA.

En este marco, el presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV, en el poder), Josu Jon Imaz, aseguró hoy que es necesaria “una respuesta contundente, cívica y democrática” este domingo en las urnas frente a los que rompen el proceso de paz y ayer “colocaron un artefacto en el coche el candidato socialista Joseba Elola”.

Por su parte, Batasuna y otros organizaciones de la llamada “izquierda patriótica” pidieron a sus conciudadanos que el domingo voten al histórico partido ANV (Acción Nacionalista Vasca) -afectado por las impugnaciones de listas- porque “es la única forma de apoyar un proceso político real en Euskal Herria”. (Télam)




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