La comezón del cuarto año

Por Mauricio Maronna
El viernes próximo Néstor Kirchner cumplirá cuatro años en el poder. Por estas horas lamenta en su intimidad no haber adelantado las elecciones. Supone que de esa forma hubiera evitado la catarata de episodios que le picó el boleto, lo transformó en un hombre vulnerable y permitió cumplir la máxima ensayada en octubre de 2005, ya no por un adversario sino por la primera dama, Cristina Fernández: "No se la crean, el poder no es eterno".

El otrora imantado jefe del Estado debe agradecer todos los días la inexistencia de un conglomerado opositor que esté a la altura del conflicto. Esa ausencia es, hoy por hoy, la máxima garante de su continuidad (o la de su esposa) en el poder cuando alumbre el 29 de octubre. El iracundo presidente tal vez nunca haya escuchado a Charly García cantar que "todo se construye y se destruye tan rápidamente". Lo que no podrá hacer Kirchner, como sí entona el artista de bigote bicolor, es "sonreír".

Hasta el diario Clarín se le animó desde un titular: "Le entraron las balas". Peca por exceso el columnista del principal matutino del país. La crisis santacruceña, los brulotes del Indec y el presunto pago de coimas a funcionarios públicos han devaluado el capital político del primer mandatario pero aún no lograron penetrar en su cuerpo.


El voto cuota
Frente al enjambre de encuestas que hablan de una caída de imagen de hasta 30 puntos y de los temerarios que vislumbran una derrota oficialista no hay mejor muestreo que el que resulta de monitorear alguna casa de venta de electrodomésticos los centenares de ciudadanos en su mayoría de clase media baja que hacen cola para pagar el resumen mensual retrotrae la imagen a 1995 cuando el voto cuota empujó a Carlos Menem al 52% de los votos

El Poder Ejecutivo muestra hoy a personajes con ojeras abultadas, abatidos por el estrés y la falta de motivación. Los Fernández deben estar hartos de gastar descalificaciones hacia párrocos, obispos, empresarios, opositores, sindicalistas y periodistas. "Prefiero bajar de categoría a seguir jugando en primera con un director técnico que cada vez se parece más al jefe de un regimiento", se le escuchó decir a uno de los mejores ministros que desde junio, mes de las elecciones porteñas, pasará a integrar la brumosa Legislatura.

La Capital habló la semana pasada con un figura trascendente de la política provincial y, en el futuro, tal vez nacional: "No se confundan. Con los números actuales de la economía, el superávit y el periodismo a favor, Kirchner, o su señora, gana la carrera hasta con el motor sin calentar. Mientras el principal diario argentino no le haga cuatro tapas seguidas en contra y no se le rebelen los piqueteros a sueldo no pasará nada... A Elisa Carrió no le dan los números más que para ser segunda y (Roberto) Lavagna es pecho frío", sorprendió la fuente.

El presidente sabe que al próximo gobierno les estallarán las minas que hoy permanecen semidormidas. La inflación reprimida, la espiralada causa judicial por Skanska, los fondos extraviados de Santa Cruz, la puja salarial y la injusta distribución de la riqueza desvelan al hombre que quiere cederle el lugar a Cristina. Quienes tienen la utopía de creer que el poder es eterno se despiertan, más tarde o más temprano, con la crudeza de la realidad.

El primer minuto del segundo mandato es el amanecer del último día. Y esto en el peronismo es doblemente grave. ¿Hacia dónde empezarán a mirar los barones del conurbano bonaerense que hoy respaldan a Kirchner por ese olfato refinado que les hace identificar dónde está la chequera? ¿Qué hará el Poder Judicial con las causas contra funcionarios que se van acumulando en sus despachos? ¿Hasta cuándo la oposición seguirá consumiéndose en su hoguera de vanidades? ¿Cómo se mantiene el superávit fiscal con demandas crecientes de los gremios? ¿En que momento se alterará el cuadro tarifario?


El estilo K
Esas preguntas son las que atraviesan al jefe del Estado quien debió olvidarse tal vez para siempre de regresar a Río Gallegos Se escribió aquí que a Kirchner le costó mucho menos tiempo santacrucificar la Nación que imponer ese modelo en su provincia Pero al fin Santa Cruz no es la Argentina El presidente desde el 25 de mayo de 2003 no reunió nunca a su gabinete hay ministros que pasaron tres meses sin verse la cara desde que asumió no llamó jamás a conferencia de prensa algo inaudito en el mundo ni le concedió entrevistas a medios del interior del país

Amparándose en el crecimiento macroeconómico y en la innegable mejoría respecto al esperpéntico gobierno delarruista creyó que la calidad institucional es solamente un devaneo de intelectuales y rabinos cool. Los hechos le dieron la razón hasta que apareció la verdad incómoda en su propio zapato. A punto de cumplir sus cuatro años en la punta de la pirámide, Santa Cruz refrescó aquello de que toda situación no resuelta lucubra su propia venganza.

Los docentes que perciben el sueldo promedio de bolsillo más alto del país (1.800 pesos) se hartaron de tener un básico de 161 pesos. Y dijeron basta. Los ronroneos por sobreprecios escandalosos que serpenteaban cerca del Ministerio de Planificación se convirtieron en rumores y luego en denuncia judicial. "Traje a rayas para los evasores", prometió Kirchner en su primer discurso ante la Asamblea Legislativa. ¿Cumplirá? La Oficina Anticorrupción (al fin un organismo paraoficial) dijo que el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, debe ser echado y luego investigado a fondo.

En un tramo de su ponencia en el Seminario Internacional de Comunicación Política, realizado la semana pasada en el diario La Capital, el consultor político Carlos Germano dijo que solamente Alicia Kirchner garantiza el triunfo del Frente para la Victoria en Santa Cruz y que si la candidata no es la actual ministra de Desarrollo Social (agredida con cobardía en Río Gallegos) el espacio político del presidente se encamina hacia el tercer puesto en esa provincia. El hombre que vino del sur pertenece a los líderes que construyen poder sobre la base del temor y no del amor o el carisma.

Como explica Dick Morris en "El nuevo príncipe", esa estrategia se derrumba cuando el muro empieza a ceder. Luego de cinco años, las cacerolas volvieron a salir de las alacenas, esta vez santacruceñas. Tal vez el ruido del teflón que hizo caer a otro gobernador (el tercero desde 2003) apenas se haya oído en la Capital Federal, imán mediático y político, donde se colonizan los líderes nacionales.

Mauricio Macri se dedica a hacer silencio mientras salta baches para la foto, Lavagna promete un dólar "recontraalto" en una versión remixada de lo que pone en práctica el gobierno, la Coalición Cívica de Carrió tiene la saludable vocación de abrirles el juego en Capital Federal a personas idóneas y decentes que no están contaminadas por la política partidaria pero en las provincias el ARI es una bolsa de gatos imposible de descifrar. Se sabe que provincia de Buenos Aires es el principal bastión a la hora de contar los votos. Pues bien, Kirchner decidió que el candidato a gobernador sea Daniel Scioli, algo que a la progresía oficialista le cae como una patada en el hígado. Aun cuando la oposición no tiene postulantes definidos.


Cambio cantado
Pese a que el futuro asoma con más interrogantes que certezas de ahora en más el estilo K deberá reconvertirse hacerse tolerante menos críptico y bajar los niveles de crispación

Aunque la gente esté mirando otro canal (el grotesco erotismo de Nina Peloso en Show Match o el voyeurismo cargado de bizarría de Gran Hermano), buena parte de esa sociedad ya siente vergüenza ajena por el "abrazo simbólico" de Estela de Carlotto y Hebe de Bonafini a la hora de repudiar el escrache a Alicia Kirchner y, en paralelo, por el silencio ominoso que guardan frente al caso de Jorge Julio López, quien lleva 8 meses desaparecido.

El gobierno nacional debe garantizar por todos los medios que la ilusión colectiva que construyó desde sus inicios no se transforme en un nuevo derrumbe. Más allá de que el 28 de octubre el pingüino o la pingüina, como todo parece indicar, canten victoria.

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