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 jueves, 17 de mayo de 2007  
Con gran desilusión
El Kily lamentó que la CD no cumpla la promesa de pagarles con el documento del Madrid

Lucas Vitantonio / Ovación

Christian González volvió a Central con la ilusión de ser campeón con la camiseta que ama. Pero la realidad institucional y futbolística que encontró en Arroyito hasta el momento le archivó el sueño. Puede jugar bien o mal, pero en cada partido deja hasta la última gota de sudor en la cancha. Por su condición de capitán es el encargado de defender los intereses del plantel ante los directivos, una tarea que hoy resulta por demás de complicada. El Kily ayer confesó que a pesar de todo se siente “feliz” de jugar en el club, que “todavía no” definió su continuidad, que está “desilusionado” por la promesa incumplida de pago mediante documentos que tuvieron otro destino y que alguno de sus compañeros tienen “problemas económicos para llegar a fin de mes”.

  En la soleada mañana de Palos Verdes el Kily dio la cara como de costumbre y habló de todo. “Yo me siento feliz en Central. Lo que pasa es que hay muchas cosas que no me gustan y nada más. Lo digo y a lo mejor tengo que cerrar la boca. Uno busca estar al margen de todo, pero quieras o no al plantel le afecta lo que ocurre. Tal vez el hincha piensa: «¿qué carajo le importa al jugador lo institucional?», pero nosotros somos los que estamos acá y tenemos muchos problemas. Hay gente a la que se le debe mucha plata y que no llega a fin de mes. Nosotros estamos haciendo mucho esfuerzo para colaborar con los chicos que necesitan dinero. Todos preguntan: «¿cuándo vamos a cobrar?».

  —¿Cuándo vas a definir tu futuro profesional?

  —Cuando termine el campeonato. Quiero jugar las fechas que restan y luego veremos. Ahora pienso en jugar. La campaña que estamos haciendo no es perfecta, sino muy irregular. Dios quiera que podamos conseguir los puntos para clasificar a la Copa Sudamericana. Mi futuro pasará por estar bien en un lugar y nada más.

  —¿Le cayó mal a los jugadores que los directivos les hayan prometido pagarles los sueldos con unos documentos y luego le dieran otro destino al dinero?

  —Es lamentable. Es una desilusión más. Pero bueno, esto es así. Esto es Central. Ojalá que se pueda cambiar el sentido de esta frase para que Central sea un club sin problemas.

  —¿A ustedes les habían prometido que cuando cambiaran los documentos les pagaban el sueldo?

  —Yo lo confirmo. Seguro que algún chico lo puede ratificar, si es que se anima a decirlo. Lo que pasa es que acá uno dice una cosa y lo tratan de camarillero y que no quiere al club. Pero yo como uno de los referentes del plantel saldré a defender a mis compañeros para que cobren lo que realmente se merecen. Lo que piense la gente no me importa.

  —¿Ahora de dónde saldrá la plata para los sueldos?

  —No sé. No encuentro una solución.

  —¿Te molesta ser el vocero de las necesidades del grupo y no poder pensar sólo en lo futbolístico?

  —Lo que pasa es que hablo y parece que soy yo el que le hago mal a Central. Acá la necesidad la tiene todo el plantel. Me preocupan mis compañeros y hago lo imposible para el bien de Central y de los pibes. No soy ni el héroe, ni nada. Como todo trabajador se necesita el dinero para vivir, más los jóvenes. Es lo justo y lo normal.

  —¿Cuándo volviste al club imaginabas tanto desorden institucional?

  —Me imaginé que las cosas estaban complicadas, pero no al punto que llegaron ahora. Dios quiera que hayamos tocado fondo y podamos salir de una vez por todas.
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Christian González se solidarizó con los jugadores del plantel que no llegan a fin de mes.

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