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 sábado, 31 de marzo de 2007  
Attaque 77 enciende la polémica en el lanzamiento de su disco "Karmagedon"
"El punk es una especie de muerto vivo"
Mariano Martínez dijo que en este material conservan la rebeldía de sus comienzos

Pedro Squillaci / Escenario

Attaque 77 dejó de ser una banda punk de chicos rebeldes. Aunque, claro, la rebeldía y la crítica social siguen siendo banderas que no piensan arriar. Con el flamante disco "Karmagedon" en la calle, Mariano Martínez, vocalista, guitarrista y productor artístico de la banda -que tocará el 21de abril en el Anfiteatro-, lanzó una máxima sobre el género, que puede desatar polémica: "Con el tiempo nos dimos cuenta que el punk es una revolución que ocurrió a nivel artístico y social hace muchos años -dijo-. Ya, hoy, es una especie de muerto vivo".

-¿"Karmagedon" remite al karma caótico de Buenos Aires?

-Sí, y también a esto que supone que el destino de la raza humana fuera ése, como que inevitablemente vamos a un camino caótico y de destrucción. Y pareciera que estuviésemos relajados con esa idea, de que el hombre va rumbo a esa autodestrucción sin remedio. Lo nuestro es más desde un lado constructivo, es una mirada crítica pero no es pesimista, sino con una idea de cambio.

-Las banderas de justicia social, igualdad y dignidad siguen presentes en este trabajo. ¿Este estilo contestatario es una constante en la banda?

- No es algo que nos proponemos, pero este país nos obliga a revelarnos. Y nuestro grupo es nuestra forma de expresión, y ahí ponemos mucho de lo que sentimos, y tiene que ver mucho con esta sensación de opresión que se vive en una gran ciudad, como Buenos Aires, como Rosario, como cualquiera de las grandes ciudades de la Argentina. Pero especialmente en Buenos Aires, que es el lugar donde todos suponen que hay que estar porque todo sucede ahí. Sin darnos cuenta nos chocamos unos con otros y generamos agresividad. Hablamos de denuncia social pero también de la sensación de desamor, o de esa cosa nostálgica, medio tanguera, pero le damos una visión desde afuera.

-¿Por qué hacés hincapié en la mirada desde otro lugar?

- En nuestro caso, algunos de nosotros nos fuimos a vivir fuera de la ciudad. Y es un poco un alejamiento de la sociedad. Yo soy uno de los que me fui a vivir a las sierras de Córdoba, y lo hice porque tenía muchos conflictos con el tema de vivir en sociedad. Buscaba explicarme por qué uno vive conflictuado, aturdido y amargado, entonces me alejé para buscar mi bienestar. No sé si es definitivo, pero me dio serenidad para entender desde afuera un poco mejor el quilombo que pasa en las grandes ciudades.

-¿En este devenir de cambios y búsquedas, cómo se ve el punk cuando se tiene más de 30 años?

-Nosotros nos reclutamos en la movida punk under cuando éramos chicos y creo que fue por rebeldía y no por pertenecer a una secta. Pero con el tiempo nos dimos cuenta que el punk es una revolución que ocurrió a nivel artístico y social hace muchos años. Ya, hoy, es una especie de muerto vivo. Ser punk hoy en Argentina 2007 es vivir en un recuerdo, es una estampita de algo que pasó. Lo que sí mantenemos es esa cosa de rebeldía que no nos deja reclutarnos en un uniforme o en un momento en la historia de la música. Es como si fuéramos más punk que los punk.

-En el disco nuevo hay una amplitud de géneros, desde el ska, el swing y el punk hasta el cuarteto. ¿Esta libertad expresiva ya es una marca de Attaque?

-Sí, la música tiene que ser algo liberador y no podemos estar prisioneros de un sonido. Hay gente que siente como un elogio cuando le dicen "no cambies nunca" o "seguí siempre así", y eso no está en la naturaleza del grupo. Siempre estamos tratando de evolucionar, crecer como músicos y divertirnos. Esto pasa con "Cartonero", que no se sabe si es un cuarteto o un ska, es un riesgo artístico que nos gusta tomar, o sea, que el disco tenga cierta cosa chocante para los más puristas. Puede haber un sector de los más fanáticos de Attaque que te reclaman que sigamos viviendo de cosas que hicimos en el pasado, y a nosotros nos gusta asumir este vértigo. Nunca sabemos si vamos a hacer un disco de mierda que no le va a gustar a nadie o un disco que le va a gustar a todo el mundo.

-¿"Antihumano" fue un disco bisagra, de la mano de "Arrancacorazones"?

-Fue el primer disco que produje y me dio el suficiente aire como para volver a tomar esa responsabilidad en "Karmagedon". "Antihumano" fue una bisagra en la forma que fue grabado, más relajado, sin estrés. Y yo traté de que grabar sea como un juego, sin pensar en algo que venda o que le guste a la gente, sino que sea algo divertido y creativo. Queremos conservar esa cosa de irresponsabilidad, que nos da más libertad para tocar.
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Pertusi, Martíne, Di Cecco y Scaglione mantienen sus consignas.

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