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sábado,
03 de
marzo de
2007 |
"Si la bala me entraba en el cuerpo
estaría muerto como el otro pibe"
Lo dijo Félix Gómez, baleado en un asalto al mismo tiempo en que mataron a un colega
Ariel Etcheverry / La Capital
Félix Gómez puede contar lo que le pasó y agradece estar vivo. Hace menos de tres días, cuando cumplía su trabajo de repartidor y llevaba una torta a una casa de la zona sudeste, fue abordado por un muchacho que pretendió asaltarlo. El se resistió y pretendió esquivar el atraco, pero el maleante le disparó un balazo que le dio de lleno debajo de su brazo izquierdo. Milagrosamente la bala rebotó y Félix sólo sufrió una herida. Pero sabe que podría haber muerto, como le ocurrió a Carlos Martín Pérez, otro repartidor que casi a la misma hora en que el era atacado caía bajo los balazos de un delincuente. "Los médicos no se explican cómo, por la distancia con que me disparó, la bala no se metió en el cuerpo. Si eso pasaba, yo estaría muerto igual que el otro muchacho (por Pérez)", confesó Gómez a este diario.
Padre de tres pibes de 7, 8 y 10 años, Gómez contó que cuando llegó herido al Heca los médicos que lo revisaron "se volvieron locos buscando la bala". Veían el orificio de entrada, pero no el de salida. Le tomaron radiografías y le hicieron una tomografía computada de la cabeza a los pies, pero el proyectil no aparecía. Sin embargo, los policías que peritaron el utilitario que él conducía, hallaron allí la bala calibre 32. Ahora el proyectil será analizado para saber si fue disparado con el arma que tenía Raúl F. , el sospechoso detenido en el Hospital Provincial (ver aparte).
Gómez hace seis meses que trabaja para La Tortería, un comercio dedicado a la cocción, venta y distribución de postres y tortas. La tarde del miércoles, poco después de las 17, llevaba un pedido a una casa de Presidente Quintana 330 bis, "una zona difícil", dijo Félix. Cuando estaba a pocos metros de arribar y se desplazaba a baja velocidad buscando el número exacto, se le apareció un muchacho con un arma de fuego en la mano y le pidió el dinero. "Quedate quieto y dame la plata", le dijo apuntándole.
"Comenzamos a forcejear, aceleré y él dijo: «ahora te mato, hijo de puta». Y disparó. Ahí le puse una piña y aceleré. Lo arrastré varios metros hasta que el guacho se soltó y quedó en la calle", recordó Gómez.
Tal como lo informó este diario en su momento, aún herido Gómez llegó hasta el destacamento policial 24ª, ubicado en el viejo tanque de agua de avenida Grandoli, donde pidió ayuda. "Como la ambulancia no venía me llevaron al Heca. Los médicos me dijeron que nací de nuevo. Nunca vieron un caso como el mío porque la bala no entró al cuerpo a pesar de que disparó muy cerca", dijo Félix.
Lo llamativo del hecho, para Gómez, es que después del ataque "nadie reclamó al negocio el pedido que llevaba a calle Quintana" y por eso piensa que "fue una trampa para robarme".
Dos semanas antes
La sensación de volver a vivir que siente Gómez es la misma que sintió dos semanas atrás en otro intento de asalto Fue en Lavalle y Rueda otra de las zonas pesadas por las que tenemos que andar recordó el trabajador Allí dijo un tipo en bicicleta se me cruzó adelante con un arma de fuego y me quiso asaltar Me disparó dos veces y por suerte las balas no salieron Entonces aceleré como pude después de pegarle un empujón y me fui Pero el tipo gatilló varias veces más y el auto el mismo en el que circulaba la tarde del jueves tiene cuatro impactos de balas sentenció el hombre
Finalmente, Félix contó que hace varios años que anda trabajando en la calle. "Repartí materiales de construcción y helados. Cuando trabajaba para Panda me asaltaron un par de veces, pero nunca con la violencia de estas últimas veces", concluyó. l
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Fotos
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Félix Gómez ayer se reponía en su casa con la felicidad de poder seguir viendo y disfrutando a sus tres pequeños hijos.
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