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 sábado, 03 de marzo de 2007  
“Hoy cualquier sistema educativo debe aprender y enseñar a convivir”
El educador español Pedro Uruñela Nájera asegura que sobra violencia, por eso hace falta más diálogo

Una escuela abierta a los conocimientos y a la convivencia. Esa es la tarea fundamental en la hoy que deben pensar los docentes en una sociedad que crece en complejidad. Esta es la visión que sostiene de la educación el catedrático español Pedro María Uruñuela Nájera, profesor asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Madrid (Uned) y subdirector de Alta Inspección del Ministerio de Educación y Ciencia de España.

La semana pasada visitó Rosario para dictar un curso a docentes sobre “Formación para la convivencia, mediación y resolución pacífica de conflictos”, en el Colegio Parque de España. También es licenciado en filosofía y letras y ha sido concejal e intendente de la comunidad de Tres Cantos (provincia de Madrid).

—Para hablar de convivencia y mediación en la escuela, ¿en qué hace hincapié: en los profesores, en la institución o en los alumnos?

—En todos estos puntos de vista: entre profesores, profesores y alumnos, y convivencia también de padres y profesores. Todo lo que sea relación educativa. Partimos de la idea de que en este momento, cualquier sistema educativo tiene como objetivos no sólo transmitir conocimientos, sino también aprender y enseñar a convivir. Nuestra sociedad es muy distinta a la de hace años, es muy compleja, multicultural, globalizada. Entonces aprender a convivir significa aprender a compartir un espacio, un tiempo y unas experiencias con personas que son muy diferentes. Y eso es algo que se tiene que enseñar dentro de la escuela.

—¿Se trata de pensar a la escuela como el lugar donde se forman subjetividades?

—Efectivamente. Parto de un dato: la escuela es el primer lugar donde un niño se relaciona con otros niños al margen de su familia. Es allí donde conoce a otros niños, con quienes tiene que realizar en relación con ellos su subjetividad, su vínculo interpersonal y aprender determinados hábitos.

—Teniendo esta meta en claro, ¿qué no debería perder de vista la institución escolar en su trabajo diario?

—Que el centro escolar es un centro de aprendizaje y de convivencia. Se aprende en la medida que se convive de manera interpersonal con los profesores, con los compañeros. Hay un dicho en España que dice que “el mejor maestro de un niño de 5 años es otro niño de 5 años”, porque es en esa edad donde más se aprende. A la vez de ser condición para otros aprendizajes, estas relaciones (interpersonales) valen la pena por sí mismas; porque en esta sociedad lo que sobra es violencia, individualismo y lo que hace falta es el diálogo, la colaboración.

—A veces los alumnos viven este pedido de convivencia como una contradicción. Por ejemplo, se le pide cumplir ciertas reglas que los mismos profesores omiten. Un caso concreto es el uso de los celulares en las aulas.

—Es verdad, que una vez aprobada una norma de la escuela, no siempre los profesores la cumplen y esto afecta mucho. Pasa igual al hablar de colaboración y cultura de paz, y después fomentar la competencia. La escuela debe plantearse como ejemplo de convivencia. Está claro que los chicos tienen acceso al conocimiento a través de internet, los medios, un acceso que antes no había; el profesor debe plantearse el sentido de su trabajo. Internet no va a enseñar a convivir con otras personas.

—Este año la Defensoría del Pueblo de España y la Unicef presentaron un informe sobre violencia escolar en la escuela secundaria, donde se advertía que los estudiantes se sentían hostigados por las obligaciones diarias y por los propios compañeros. ¿Qué evaluación hace del informe?

—El informe tiene un aspecto positivo que es ser el primero que se hace en España y replica otros realizados en 1999, con las mismas preguntas y permite apreciar que hemos mejorado. Es verdad que aunque hubiese un solo caso de violencia, el Ministerio de Educación debería atenderlo, porque hay que tener tolerancia cero hacia la violencia. Pero también la escuela debe cambiar, para que todos estudien y no sólo una minoría. En esto nos animan a seguir trabajando los planes orientados a mejorar la convivencia.

—También el informe plantea la relación con los inmigrantes y la violencia de la que son víctimas...

—La inmigración en España plantea un nuevo problema a la escuela. Se trata de un fenómeno de unos 10 años, al que estamos intentando dar respuestas. Somos concientes que tenemos que trabajar mucho, porque la inclusión es fundamental. Y en esto hay que buscar respuestas no sólo legales sino también pedagógicas.

M.I.


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El catedrático español habló de mediación con los profesores de Rosario.

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