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 domingo, 31 de diciembre de 2006  
Ajusticiamiento. Opiniones encontradas sobre su ejecución: sus enemigos se alegraron y sus defensores lo proclamaron mártir
El cadáver de Saddam fue trasladado a su ciudad natal para su sepultura
El ex dictador iraquí será enterrado hoy en Tikrit o en Ramadi. Una ola de atentados causó al menos 70 muertos

Bagdad. - Saddam Hussein, uno de los dictadores más crueles del mundo, se resistió brevemente después que los militares estadounidenses lo entregaron a los guardias iraquíes. Pero al acercarse sus últimos momentos, se tranquilizó. Vestido con saco y pantalones negros, apretó entre sus manos un Corán mientras era llevado hacia la horca, y en su último acto de despecho se negó a que le pusieran una capucha en su cabeza. Después de un cuarto de siglo de implacable brutalidad que mató a miles de personas y condujo a Irak a guerras contra Kuwait, Irán y Estados Unidos, Saddam fue ejecutado ayer antes del amanecer. Su cadáver fue trasladado a bordo de un avión estadounidense hacia su ciudad natal de Tikrit, donde fue entregado a líderes tribales para su sepultura. Fuentes de la familia Hussein habían dicho que el ex dictador sería enterrado hoy en su aldea natal de Uya, en la provincia de Salah al Din, junto a sus hijos Odeiy y Qusai, muertos en 2004 en enfrentamientos con las tropas estadounidenses en Mosul, a 400 kilómetros al norte de Bagdad. Sin embargo otras fuentes dijeron que recibirá sepultura en la ciudad de Ramadi, bastión de la resistencia sunita iraquí.

Apenas algunas horas después de su ejecución y ya habían muerto al menos 70 personas debido a atentados con explosivos. En Badgad, dos automóviles estacionados explotaron y mataron a 37 civiles e hiriendo a otros 76. Otras 31 murieron y 58 resultaron heridas al sur de la capital.

Más allá de los actos violentos, las reacciones de tipo político han sido diversas tras conocerse la muerte de Saddam. Sus enemigos se regocijaron, sus defensores lo proclamaron mártir, y otros analizaron el impacto que tendrá para el futuro político de Irak. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, señaló que la ejecución del ex dictador es un "hito importante" para la democracia en Irak. Más cautos y en contra de la pena de muerte se mostraron diversos líderes de Europa. El Vaticano en cambio calificó de evento trágico su muerte y alertó que se corre el riesgo de fomentar un sentimiento de venganza. En Medio Oriente, las opiniones fueron encontradas.

El Partido Baath de Saddam exhortó a los iraquíes a "atacar sin piedad" a la ocupación estadounidense y a Irán para vengar la ejecución.

Los shiítas, por su parte, celebraron con alborozo la muerte de Saddam, que esperaban desde que el dictador fuera depuesto por Estados Unidos y el Reino Unido en abril de 2003. Desde primeras horas de la mañana, las principales poblaciones del sur de Irak, y en especial las ciudades santas de Nayaf y Kerbala han sido un a explosión de júbilo incontenido. Ráfagas de disparos al aire en señal de alegría retumbaron en todas las ciudades y barrios shiítas de Irak, donde los habitantes salieron a bailar y cantar en las calles, mientras enarbolaban retratos de sus familiares mártires y de los clérigos muertos bajo la dictadura.


Final televisado
La televisión iraquí mostró lo que dijo era el cadáver de Saddam Hussein después de ser ejecutado. Cadenas árabes de televisión mostraron imágenes de Hussein cuando era llevado a la horca y cuando se le colocaba una soga alrededor del cuello. Dos hombres encapuchados le pusieron la soga al cuello, pero la televisión no mostró imágenes del momento de la muerte del ex presidente iraquí. En el enclave shiíta de Ciudad Sadr, en Bagdad, cientos de personas bailaron en las calles y otras efectuaban disparos al aire para celebrar la muerte de Saddam. El gobierno no impuso un toque de queda como lo hizo cuando el ex presidente fue condenado, para frenar cualquier resurgimiento de la violencia.

Pero los residentes de Tikrit, ciudad de mayoría sunita que fue la base del poder de Saddam y donde supuestamente será sepultado, lamentaron su muerte. La policía bloqueó el ingreso a Tikrit y dijo que nadie podía salir o entrar a la ciudad por cuatro días. Hombres armados tomaron las calles con imágenes de Saddam y efectuaron disparos al aire pidiendo venganza por la ejecución del ex presidente. Las fuerzas de seguridad también bloquearon la entrada de Samarra, otro fuerte sunita.

El medio hermano de Saddam, Barzan Ibrahim, y Awad Hamed al-Bandar, el ex jefe de la Corte Revolucionaria, no fueron ahorcados junto al ex líder, como estaba planeado. Saddam fue ejecutado en una ex sede de inteligencia militar en el vecindario shiíta Kazimiya de Bagdad, dijo al-Askari.
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Los verdugos le colocan la soga a Saddam, que no quiso que lo encapucharan.

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