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 viernes, 22 de diciembre de 2006  
Una ausencia que ya se transformó en costumbre

Silvia Ayuso

La Habana. - Cuba emprendió en 2006 la tarea de empezar a aprender a vivir sin Fidel Castro, el gobernante que dirigió la isla de manera ininterrumpida durante casi medio siglo. Su enfermedad, que le obligó a delegar el poder hace casi cinco meses sin fecha de retorno, abrió la incógnita acerca del rumbo que tomará la isla cuando el líder cubano no esté ya para guiar sus designios.

Mientras las autoridades cubanas y sus principales aliados, como el presidente venezolano Hugo Chávez, afirman de forma unánime que Castro "sigue recuperándose" y que regresará al poder, desde afuera, sobre todo en Washington, se considera que 2007 será probablemente el año de la ausencia definitiva del líder de la revolución cubana.

En Washington -y en otras partes del mundo, según los analistas- se maneja la teoría de que Castro padece un cáncer terminal, cosa que en Cuba se ha rechazado tajantemente. Pero el hecho es que los plazos fijados por las propias autoridades cubanas para su reaparición se han ido agotando -el último era el 2 de diciembre, fecha a la que el propio Castro había postergado la celebración de su 80 cumpleaños- y en la isla no hay signos de que se lo vuelva a ver pronto, lo que desata rumores de todo tipo.

Su última comparecencia pública fue el 28 de octubre, cuando en un video de unos cinco minutos, desmintió personalmente los rumores de muerte que tras seis semanas sin imágenes de ningún tipo sobre su persona habían vuelto a dispararse.


Nada de nada
Desde entonces, nada de nada. Castro no recibió siquiera a dignatarios como el presidente boliviano, Evo Morales, o el mandatario electo nicaragüense, Daniel Ortega, que viajaron a La Habana a finales de noviembre para celebrar su cumpleaños. Tampoco realizó Chávez el prometido viaje a Cuba tras su victoria electoral del 3 de diciembre para celebrar junto a su "amigo Fidel" su reelección.

Pese a las dudas en torno a Castro, Cuba ha continuado, al menos de puertas para afuera, con su rutina habitual. Para sorpresa de muchos, tras el comunicado emitido el 31 de julio por el que Fidel, que anunciaba la delegación temporal de sus poderes en su hermano Raúl para recuperarse de una operación quirúrgica, en Cuba no surgieron las demandas espontáneas de más democracia y apertura vaticinadas.

En estos cinco meses de "interinato", Raúl Castro, número dos en la jerarquía de la isla, no ha desviado un ápice el rumbo marcado por su hermano.

Analistas afirman que la sucesión -palabra rechazada por las autoridades cubanas, que hablan de "continuidad"- era algo ya planeado desde hace tiempo. De hecho, en junio el propio Raúl Castro había afirmado que "únicamente el Partido Comunista puede ser el digno heredero". Y así lo ratificó en declaraciones posteriores.

En su discurso del 2 de diciembre, durante la conmemoración del 50 aniversario del desembarco del "Granma" que dio inicio a la revolución cubana, Raúl Castro insistió en la "unidad" del pueblo cubano, lo que fue entendido por muchos analistas como un mensaje apelando al día en que comience la era "pos Fidel".

El gobernante interino también hizo un gesto conciliador hacia EEUU al ofrecer abrir una "mesa de negociaciones" para resolver el "prolongado diferendo" entre ambos países. Washington sin embargo no parece dispuesto a cambiar su política con quien considera un Fidel Castro "light".

Durante 2006, el presidente estadounidense, George W. Bush, endureció el embargo impuesto desde hace más de cuatro décadas a Cuba y designó a Caleb McCarry como coordinador para un plan de "transición para una Cuba libre", entre otros.

Pese a la ausencia de cambios visibles , muchos analistas siguen creyendo que éstos podrían producirse tras el deceso de Fidel. Pero la verdad sólo la conocen, en todo caso, las más altas autoridades cubanas. A los ciudadanos de a pie, entre tanto, no les cabe más que esperar y empezar a acostumbrarse a la ausencia de su líder. Un paso no tan fácil teniendo en cuenta que más del 70% de los cubanos no han conocido otro mandatario que Fidel Castro. (DPA)
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