Opinión

González se salió de contexto

Alejandro Cachari / Ovación

Una de las mayores virtudes de Christian González siempre fue su personalidad. A veces exacerbada por un temperamento conmovedor, el mismo que lo llevó a ponerse la camiseta de la selección nacional y a trabar con la cabeza si era necesario. De hecho, en la era Bielsa, alguna vez lo hizo. Pero al Kily lo traicionó la lengua. Eso no es raro, forma parte de su atractiva personalidad. Lo extraño es que para subsanar el error, decidió traicionar su historia.

Cometido el infantil desliz de hablar sobre el futuro de Gorosito en el programa televisivo "Fútbol y algo más" y asegurar allí mismo que Coudet sería titular como si se tratara del dueño del equipo, decidió retroceder y tomar por el atajo sencillo: culpar a los periodistas a pesar de la contundencia que ofrece la grabación del programa. Nadie pondría en duda la contundencia y la buena intención de sus dichos si no fuera porque a la hora de la verdad, cuando debió enfrentarse cara a cara con los damnificados por sus dichos -el cuerpo técnico-, culpó a este diario de haberlo sacado de contexto.

Es extraño en el Kily, un tipo que siempre se caracterizó por bancar hasta las más feas. Christian se salió de contexto, se equivocó, se dejó llevar por su corazón canalla o vaya a saberse por cuál motivación.

Como resultado, Central no mostrará sus prácticas ni abrirá la boca de aquí hasta que termine el clásico. Una clara extensión del conflicto que generaron las desafortunadas apreciaciones del jugador más emblemático de un plantel que lucha, en líneas generales, por recuperar la identidad canalla. Parido por las inferiores auriazules y crecido en Boca, Zaragoza, Valencia, Inter y la selección argentina, el Kily le tiró más nafta al fuego. Se sabe que la situación deportiva no es la mejor y dista mucho de serlo. No había ninguna necesidad de exponer, de la manera en que lo hizo, a un entrenador que ya está expuesto por el poco afecto que lo vincula con la gente a partir de resultados que están en las antípodas de las expectativas de los simpatizantes auriazules. Si hasta debe cargar con la irregular desvinculación de Leonardo Astrada.

Por más esfuerzo que se haga resulta imposible suponer que González no se dio cuenta del candombe que iban a generar sus declaraciones. No es un chico ni un improvisado. Se trata de un hábil declarante formado en el ambiente del fútbol y conocedor de los entornos y las coyunturas. Nadie puede ser tan inocente de creer que Christian se dejó llevar por su temperamento.

Ese mismo temperamento que debió poner arriba de la mesa para hacerse cargo de sus declaraciones y no responsabilizar a quienes sólo cumplen con la misión de transmitir una sentencia que debe ser tapa de cualquier suplemento de deportes, así como materia de opinión principal de todas las tiras deportivas de la ciudad como efectivamente sucedió.

El Kily se salió de contexto, enrareció el clima interno a escasas horas del clásico y después no pudo bancar las consecuencias. l