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 sábado, 26 de agosto de 2006  
El cisma. El caudillo llamó a tomar como ejemplo al Frente Progresista
Alfonsín admitió la posible fractura
El ex presidente consideró que los “radicales K” no se van por las obras prometidas sino por el ansia de poder

Walter Palena / La Capital

Raúl Alfonsín, el último caudillo que puede aglutinar posturas diversas en el radicalismo, se rindió anoche frente a la cruda realidad que atraviesa su partido. “No se van por las obras, sino por las ansias de poder”, dijo en el acto que sucedió al inicio de la convención nacional, en obvia referencia al sector que decidió abandonar la estructura partidaria para hacer alianzas con el gobierno de Néstor Kirchner.

  El ex presidente, que alguna vez en Rosario habló para medio millón de personas, anoche apenas logró juntar unas 1.500 en el estadio cubierto de Sportivo América —en su mayoría jóvenes de Franja Morada—, lo que resulta un dato incontrastable de la sangría y el desgajamiento que soporta desde hace años el partido que fundó Leandro N. Alem.

  Con inocultables muestras de cansancio y las huellas del tiempo en su humanidad, Alfonsín puso, no obstante, todo su esfuerzo para cerrar con su discurso un acto preparado para él y para el sector en donde todavía gravita con sus decisiones. No estuvieron representantes del comité nacional, que conduce Roberto Iglesias, ni los margaritos, comandados por Margarita Stolbizer. Ambos, por diferentes motivos, se oponen a que el sello radical vaya a parar a una boleta que tenga a Roberto Lavagna como candidato a presidente.

  La pasión que sigue despertando Alfonsín entre algunos radicales es, por momentos, conmovedora. Muchos jóvenes que ni siquiera habían nacido cuando fue electo presidente en 1983 le profesan un amor incondicional, como la consigna que le gritaron cuando el veterano dirigente asomó en el palco de Sportivo América. “Acá están, hasta el fin, los pendejos de Alfonsín”, bramaron exaltados, y un poco sazonados por la ingesta de cerveza y el Fernet con coca, ese veneno que inventaron los cordobeses.

  El mensaje de Alfonsín a la concurrencia estuvo hábilmente dirigido a dos puntas, porque al criticar al gobierno de Kirchner también lo estaba haciendo con aquellos radicales que hicieron las valijas y mudaron sus convicciones al armado político del oficialismo, pretenciosamente llamado “concertación plural”.

  “Nuestros dirigentes que se acercan al oficialismo nos dicen las cosas buenas que está haciendo el gobierno. Y eso ya lo sabemos y dijimos. Pero olvidan decir estos correligionarios el desprecio que tiene el gobierno por las instituciones y el sesgo autoritario en la gestión. En definitiva, no se van por las obras, sino por las ansias de poder”, replicó el caudillo radical.

  Luego, en otra elipsis discursiva, Alfonsín dio a entender que la bonanza económica que vive el país es producto de la coyuntura internacional y no de las políticas que en este ámbito aplica el gobierno. “Si yo hubiera tenido esta situación, todavía habría radicales en la Casa de Gobierno”, soltó, dejando entrever la suerte que acompaña al santacruceño.

  Al insistir sobre la “convicción” que debe tener un radical para no caer en la tentación de la billetera kirchnerista, Alfonsín dijo que a esa situación él ya la vivió en los comienzos del gobierno de Perón, en 1946, donde varios dirigentes radicales que estaban en el Congreso se pasaron a las filas del justicialismo. Otra señal de que el cisma partidario actual encuentra parangones en el pasado.

  Al final, Alfonsín se refirió a la política santafesina para contrastarla con la posición de algunos radicales que están decididos a sumarse al coro K. “La alianza de la UCR con el socialismo es actitud opositora frente al gobierno de la provincia y de la Nación”, dijo a modo de ejemplo para imitar. Fue entonces que los entusiastas jóvenes radicales lanzaron un cántico hiriente: “Julio Cobos botón, sos la puta barata del presidente de la Nación”. La consigna hizo referencia al gobernador mendocino, uno de los fogoneros de los radicales K.

  Previo a Alfonsín, también hablaron el presidente de la departamental rosarina, Carlos Vila; el titular del radicalismo provincial, Felipe Michlig, y el ex gobernador chaqueño Angel Rozas.
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Alfonsín pronunció un encendido discurso.

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