Demolían sin permiso una vieja casona ubicada en la costanera

Está en avenida Belgrano y Tucumán. Allí funcionaron algunos bares y boliches emblemáticos para la ciudad

La Municipalidad detectó que se estaba realizando una demolición trucha en una vieja casona de avenida Belgrano y Tucumán, e hizo interrumpir las tareas. En efecto, la obra no contaba con el permiso oficial aunque ya casi un 50 por ciento del interior del inmueble había sido derribado.

"Teníamos el dato de que el lugar se estaba desmantelando por lo que iniciamos un control especial hasta que hallamos a gente demoliendo", confirmó a La Capital el director de Obras Particulares, Eduardo González. El funcionario agregó que hallaron a un empleado retirando escombros y materiales desde el interior del inmueble. Esta actitud motivó que los inspectores municipales decidieran echar un vistazo desde un edificio lateral desde donde se pudo observar claramente que "ya se había derribado mucho", sostuvo González.

Al principio, los operarios se negaron a que ingresen los inspectores municipales pero finalmente accedieron. La Intendencia intimó al propietario a que finalicen los trabajos hasta tanto se logre el permiso correspondiente que requiere una serie de trámites.

Este diario pudo saber que el área municipal de Preservación de Edificios tampoco conocía sobre esta demolición, aunque no consta que la construcción haya sido declarado como edificio de valor patrimonial.

"Podría tener más historia que características edilicias importantes", dijo una fuente en función de que el local albergó bares y boliches, entre ellos el conocido como "El barrilito", donde se dieron cita conocidos referentes de la cultura local y noctámbulos emblemáticos.

La zona donde está emplazada la casa, frente al río, es altamente cotizada en función de la alta demanda inmobiliaria.

La intención sería precisamente levantar un edificio; una versión que se maneja a raíz de que se habrían hecho algunas consultas.

Según confirmó González, "la mitad de la superficie ya fue demolida, e incluso ya fue retirada casi toda la bovedilla de los techos".

Para los funcionarios "es extraño" que este trabajo se haya hecho "por izquierda cuando todo el mundo sabe que es necesario solicitar el permiso correspondiente".

La picota destruyó más de la mitad de la construcción.