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 martes, 09 de mayo de 2006  
Rechazaron los cargos dos policías acusados de la muerte de una joven
Les imputan tirar contra una mujer desarmada que murió en la puerta de su casa el sábado. En la indagatoria negaron la imputación y rehusaron seguir declarando

Los dos policías que están acusados del homicidio de Verónica Soledad Garcilazo, la chica de 23 años fulminada de un balazo frente a su casa del barrio Las Delicias el sábado pasado, negaron los cargos que pesan contra ellos y se abstuvieron de seguir hablando anoche, al ser convocados a indagatoria por la jueza de Instrucción Nº 2 Alejandra Rodenas.

En tanto, los familiares de la joven se constituirán como actores civiles para estar en condiciones de aportar pruebas en el proceso penal. Así lo señaló a este diario Guillermo Gorni, el abogado que patrocina a los parientes de la muchacha asesinada.

Fuentes de la investigación judicial señalaron que ambos policías están igualmente bajo la imputación del cargo de homicidio. La situación singular de uno de ellos, que desempeña tareas diferenciadas por una prescripción psiquiátrica, no presupone inicialmente una atenuación del reproche por el acto de abrir fuego que acabó con la vida de la joven.

Ayer a la tarde, en su humilde vivienda de Flammarión al 5000, la madre de la chica baleada, Amalia Garcilazo, no conocía los motivos de la violenta muerte ni encontraba respuesta a los interrogantes que plantea el oscuro episodio. "No sé si la confundieron con otra persona. Lo único que puedo decir que esto (por el crimen) no va a quedar así. Por eso les pido a ustedes que nos ayuden", aseguró la mujer, que reiteró que Verónica y sus ocho hermanos no tienen antecedentes penales.

La muerte de la joven ocurrió cerca de las 7.45 del sábado cuando regresaba de una panadería junto a un sobrino de 5 años a su casa situada en una zona humilde de Flammarión al 5000. Ya estaba frente a la puerta de la vivienda cuando fue alcanzada por cuatro balazos disparados por uno de los dos policías de civil que viajaban en una combi Volskwagen de color blanca. Los dos agentes trabajan en la Dirección de Medicina Legal de la Unidad Regional II. Se llaman Edgardo Peiretti y Jesús Acosta y uno de ellos no está autorizado a portar armas.

Tras la balacera, los dos uniformados fueron a la comisaría 21ª. Allí dijeron que en el momento del trágico suceso se dirigían a prestar servicios en Medicina Legal y denunciaron que un hombre que estaba agazapado en la vereda abrió fuego con una escopeta contra el vehículo en el que se movilizaban, con la aparente intención de asaltarlos. Una perdigonada rompió la ventanilla del lado del acompañante por lo que uno de los uniformados debió repeler el ataque. Pero la que resultó mortalmente herida fue Verónica, que, según el testimonio de los familiares y vecinos, era ajena al incidente.


Versiones encontradas
El testimonio de los vecinos de la cuadra contradicen la versión de los uniformados. "La combi pasó dos veces, como quien busca a alguien. La segunda vez fue más despacio y se paró frente a la puerta de la casa de la chica (por Verónica). Después se escucharon varios disparos", comentó un hombre. Ninguno de los habitantes de la barriada consultados por este diario, al menos seis, dijo haber escuchado un disparo solitario y después una sucesión de detonaciones.

El violento deceso de Verónica presenta puntos cuanto menos poco claros. Una fuente de la investigación precisó que los disparos fueron efectuados por el policía que conducía la combi, el cabo primero Edgardo Peiretti, quien, a diferencia del efectivo que lo acompañaba, no tenía permiso de portación de arma. Según la versión de los uniformados, al ser atacado el vehículo, el conductor le arrebató la pistola nueve milímetros a su compañero y respondió a balazos.

El caso también presenta otra arista contradictoria. Los vecinos dijeron que el utilitario circulaba de sur a norte. En cambio, los policías detenidos aseguraron que se movilizaban de norte a sur, a pesar de que esa dirección los conducía en sentido contrario a sus puestos de trabajo, adonde dijeron dirigirse cuando se desató la balacera.
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