Cartas de lectores
Año CXXXVII Nº 49075
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
La Región
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Señales
Escenario
Economía
Mujer
Turismo


suplementos
ediciones anteriores
Salud 05/04
Turismo 02/04
Mujer 02/04
Economía 02/04
Señales 02/04
Educación 01/04
Estilo 18/03
En el aula 18/03

contacto

servicios
Institucional

 domingo, 09 de abril de 2006  
¡Qué lindo era mi barrio!

Ludueña, mi barrio, era un barrio de ferroviarios, metalúrgicos y otros. Recuerdo esos enjambres de gente para tomar el tren, ir a los talleres ferroviarios o a Fabripart, Gema, Migra y muchas fábricas más. El movimiento era incesante, los fines de semana las corridas de los jugadores de fútbol para los partidos de la liga o distintos torneos de la zona. El desplazamiento de los vestidos de blanco que eran lo jugadores de bocha y los pibes jugando a la pelota. La calle era nuestra. Y el bullicio de los sonidos de la construcción. Cada uno quería tener su casa, o ampliarla, o ponerla más linda. La gente que se sentaba en la vereda, las puertas abiertas, las casas sin rejas, las bicicletas sin candados, los vecinos se conocían todos. Todos sabíamos quién era quién. Pero hoy las calles están desiertas, patrulladas por pibes rateros, asaltantes, que se llevan lo que quieren. Roban generalmente a las mujeres y a veces las golpean para quedarse con sus monederos o las bolsas con las compras. Tampoco se salvan los medidores de gas, tapas de medidores de luz, los números de las casas, bicicletas, violan domicilios para llevar lo que sea y lo peor de todo, nos robaron la libertad. Vivimos con miedo detrás de rejas, candados, alarmas, somos marginados, desprotegidos por todos los organismos nacionales, provinciales y municipales. Somos famosos y conocidos por salir en las secciones policiales de los medios. Y aquel barrio lindo, hoy sólo no crece sino que se puede ver la desidia y el abandono de casas, veredas y calles. Por ejemplo, tenemos la calle Junín que debe ser la peor de Rosario. Los ómnibus que circulan son los peores. Las vías están abandonadas y los terrenos fiscales son ocupados por gente muy humilde, y es allí donde los delincuentes se refugian y salen a delinquir.

Roberto Loria

LE 6.045.248


enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados