Los xeneizes derrotaron por 1 a 0 a Universidad Católica con gol de Rolando Schiavi

Boca accedió a la final de la Copa Sudamericana

El equipo de Basile derrotó por 1 a 0 a Universidad Católica

Boca lo hizo de nuevo. Guapeó fuera de casa y se metió en la final de otra copa internacional. En este caso de la Sudamericana, ante una Universidad Católica de Chile que empezó a festejar antes de tiempo y que terminó siendo víctima de una nueva corajeada xeneize. De esta forma, el equipo de Alfio Basile definirá el título (aún no está confirmado cuándo) frente a Pumas de México, que viene de golear el miércoles a Vélez.

Fue una puesta en escena soberbia, al mejor estilo de las grandes epopeyas del Boca de Carlos Bianchi. Así, el gol de Rolando Schiavi, a los 14' del segundo tiempo, no hizo más que reafirmar esa conocidísima mística copera.

Un arranque ambicioso de Boca, obligado por las circunstancias, tuvo como estandarte a Federico Insúa, quien con su movilidad sorprendió a los volantes y defensores locales.

Un cabezazo de Martín Palermo sobre el cuarto de hora que fue salvado en la línea por Jaime Rubilar y una apilada de Insúa que terminó con Rodrigo Palacio estrellando su remate en el travesaño, nueve minutos después, fueron las acciones más claras que tuvo Boca como para llegar a la apertura en el marcador. Igual que con un cabezazo del Cata Díaz sobre la hora del primer tiempo.

Católica no la pasaba del todo bien pero el resultado lo mantenía tranquilo, ya que con un empate sin goles (lo mismo con el 1-1) le daba la clasificación.

En la segunda etapa Boca redobló la apuesta y presionó más arriba. Allí Católica comenzó a perder el orden y empezó a tambalear defensivamente.

Y en ese trabajo de demolición Boca llegó al gol antes del cuarto de hora, cuando Schiavi metió la rodilla para el delirio de los 200 hinchas xeneizes presentes en el estadio.

El tanto terminó por descontrolar al conjunto local, que quedó definitivamente expuesto a las respuestas ofensivas de un Boca que no tuvo la puntería necesaria -ni la contundencia- como para rematar el partido antes de la finalización.

Pese a ello, Boca fue inteligente hasta el final, porque se defendió con la pelota, más al estilo Basile que Bianchi. Pero como antes con el Virrey, la efectividad de la fórmula fue la misma.

Muy apagados en ataque, los argentinos Darío Conca y Jorge Quinteros no gravitaron ofensivamente como para inquietar al equipo de Basile, quien recién en los últimos dos minutos apeló a dos líneas de cuatro para conservar la diferencia, mínima pero ganadora.

Así Boca saltó a la final de la Copa Sudamericana, por lo que podrá defender -quién sabe desde cuando- en México el título alcanzado el año anterior.