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 domingo, 07 de agosto de 2005  
Los vándalos del arte dejan un reguero de desastres en Italia
Los expertos están anonadados por los ataques a monumentos históricos

La operación duró exactamente 54 segundos y la mano quedó amputada. Una parte de la famosa Fuente de Neptuno en Florencia, que el maestro barroco Bartolomeo Ammanati creó entre 1563 y 1575 con mucho esfuerzo, fue quebrada por vándalos en menos de un minuto.

Un cocinero de la Toscana de 28 años fue identificado como el agresor gracias a las cámaras de vigilancia. Según dijo en su defensa, se trepó a la estatua del dios romano del mar para sacarse una foto con su teléfono móvil cuando estaba en "estado eufórico".

Todos los años, cuando el calor invade las metrópolis italianas, atacan: son los vándalos del arte, que por aburrimiento o bajo los efectos del alcohol dañan monumentos de valor histórico y artístico.

El caso más espectacular ocurrió en 1972, cuando el húngaro Laszlo Toth ingresó en la basílica de San Pedro y al grito de "Soy Jesucristo" arremetió con un martillo contra la Piedad de Miguel Angel.

El rostro de la Virgen María resultó gravemente dañado y se fracturó un brazo. Un tribunal italiano declaró al agresor de 33 años, que posteriormente emigró a Australia, perturbado mental.

Sin embargo, los expertos se preguntan desde entonces qué es lo que lleva a las personas a destruir tesoros artísticos.

Posiblemente la respuesta es bastante más sencilla, como demuestra el ejemplo de los tres hombres de mediana edad que en 1997 dañaron en la Piazza Navona de Roma la barroca Fuente de los Cuatro Ríos (o dei Fuimi) de Bernini. Para impresionar a unas turistas, los hombres utilizaron las figuras de mármol de la obra de arte como trampolín. Así, quebraron en varias partes la gran cola de uno de los seres marinos, "como si fuera de yeso", recuerda un periodista del diario italiano La Repubblica.

"No sé qué les pasa, sólo queríamos divertirnos un poco", dijeron los hombres a la policía. Los autores del daño fueron condenados a tres meses de prisión, pero su abogado presentó un recurso alegando que la fuente estaba en mal estado.

En 1991 le tocó el turno a la que quizá es la escultura más famosa de Miguel Angel: un hombre atacó con un martillo el David en la Galleria dell'Accademia de Florencia y le quebró los dedos de los pies. Ocho años después, el mismo individuo garabateó en Roma sobre una pintura del expresionista abstracto Jackson Pollock.

Y así se suman los ejemplos de vandalismo en el arte, desde la fuente de Bernini en la romana Vía Veneto hasta el portal de entrada de la Catedral de Milán, pasando por pinturas de Henri Matisse, que un escolar agujereó con un lápiz en una exposición especial en Roma en 1998.

El resultado de estos incidentes es que cada vez más obras de arte italianas se ocultan detrás de cristales blindados, como por ejemplo la Piedad en la basílica de San Pedro.

Hasta que el Neptuno de Florencia vuelve a poder apreciarse con la mano en su estado original, los turistas deberán esperar previsiblemente hasta la próxima primavera (boreal).

"Habría que revisar las leyes porque estamos en el camino hacia la verdadera barbarie", comentó el experto en arte Antonio Paolucci en Florencia. "Las penas actualmente son tan bajas como si los vándalos hubieran dañado el letrero de una calle". (DPA)
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Un joven quebró la mano de Neptuno, en Florencia.

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