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 lunes, 20 de junio de 2005  
Asomó la cabeza
Central volvió al triunfo contra Instituto

Mauricio Tallone / Ovación

Córdoba - Enviado especial.- Esta vez, el éxito y las sonrisas hicieron un pacto. Fueron compinches para distinguir con la victoria a Central. Después de siete partidos que lo habían sumido en la perplejidad y obligado a una profunda mirada introspectiva, el equipo de Zof halló su traspapelada cédula de identidad futbolística. Y lo hizo ante un incordio de contrincante como Instituto, que fecha tras fecha camina por la cornisa del descenso.

Los canallas retomaron su velocidad crucero de equipo con aspiraciones y construyeron una actuación convincente. Un triunfo que les entregó la posibilidad de liberarse de esos fantasmas que los perseguían. Es que necesitaban volver a sentirse capaces de controlar un partido y así reforzar la candidatura a la clasificación a las copas.

Quizás Central haya esperado vérselas ante un rival dispuesto a llevárselo por delante. Como vio que eso no ocurría, se animó hasta imponer su juego. Tampoco se abandonó a su suerte cuando las cosas no le salieron y forjó su destino con un despliegue y una determinación para el aplauso. Es probable que Instituto haya incurrido en un exceso de confianza, que se haya creído que todo estaba resuelto con la formidable tijera de Raymonda.

Pero Central nunca desmayó en su intento por enfrentar con autoridad esa contingencia. Allí radicó su principal virtud. Porque controló vía Raldes y Leonforte el espacio aéreo que ocupaba Daniel Jiménez y con la pelota le daba vivacidad por las bandas. Para ello fue vital el aporte de Alemanno y Villa, que nunca dejaron que Barone y Pagés hicieran un surco por sus andariveles y terminaran la jugada con un pelotazo a la cabeza de Miliki.

Arruinado el sistema nervioso adversario, el conjunto de Zof empezó a escribir su propia historia. Los lujos no pasaron por su fútbol, sino por la serenidad y aplicación para hacer en el partido lo que más le convenía. En el empate de Villa, le dio de probar a Instituto de su propia medicina. Pero así como ese tanto puede catalogarse como made in Instituto, la jugada previa al penal que convirtió Ferrari fue de auténtica marca canalla.

Antes de eso, Zof se dio cuenta de que igual tenía una fortuna en las manos y por eso mandó al terreno a Moreira para amurallar la mitad de la cancha. Pareció un recaudo excesivo, pero luego el trámite le daría la razón porque el Ricki clausuró las subidas de Peralta. Además Raymonda ya no tenía tanta injerencia y a esa altura a Instituto lo guiaba la desesperación, y sólo atinaba calmar la bronca de su gente con alguna acción heroica, que nunca llegó.

Por eso Central terminó con una imagen de equipo seguro, un rasgo infrecuente para lo que venía acostumbrando a sus hinchas. Si hasta parecía que le iban a faltar partidos y fútbol para clasificar a alguna copa. Pero ayer fue el reverso de esa tendencia. Porque a su triunfo le sobró suficiencia. Porque pasó de estar con los pelos de punta por la injusta derrota parcial, a tener un partido bajo la suela y a asomar su cabeza en la superficie.
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Villa acaba de recibir el centro de Alemanno y anota de cabeza.

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