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 jueves, 18 de noviembre de 2004  
Tres ataques con bombas caseras dejaron el saldo de un muerto y un herido
Ola de atentados contra bancos porteños enrarecen el clima político
Los ataques se produjeron en el mismo momento en que autoridades extranjeras visitaban el país

Tres bancos de distintos barrios porteños fueron ayer blanco de una ola de atentados explosivos con bombas de fabricación casera que dejaron como resultado un vigilador privado muerto y un sargento de la Policía Federal herido. Sobre el final de la jornada, el arco político opositor comenzó a lucubrar que detrás de los episodios podría estar instalándose el fantasma de la violencia política (ver aparte).

Los ataques explosivos se produjeron entre las 9 y las 11 y hasta anoche ningún grupo se había adjudicado la autoría de los hechos, al tiempo que los investigadores tampoco tenían pistas firmes sobre los responsables.

Dos de los ataques se produjeron en sendas sucursales bancarias del Citibank y la restante se registró en una del Galicia.

Los hechos se produjeron mientras el país recibe visitas internacionales como las del presidente de China, Hu Jintao, quien firmó millonarios convenios comerciales, y los reyes Juan Carlos y Sofía de España, quienes llegaron para participar del tercer Congreso de la Lengua en Rosario, hasta donde viajó el presidente Néstor Kirchner.

Oficialmente nadie relacionó la serie de explosiones con esas visitas, aunque el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, no descartó que el objeto sea "empañar" la imagen internacional del país.


Las explosiones
El primero de los atentados ocurrió a las 9 de ayer en la sucursal del Citibank situada en la avenida Rivadavia 4917, en el barrio porteño de Caballito, frente al Parque Rivadavia, donde estalló uno de los dos artefactos explosivos colocados en el cajero electrónico.

La explosión provocó la muerte de un vigilador privado identificado como Jorge Antonio Ricchiuti, de 38 años, perteneciente a la agencia de seguridad privada Piscis, quien había ingresado al banco con el gerente, un adicional de la Policía Federal y una empleada administrativa.

En el cajero se encontraron dos bolsas de papel madera con inscripción de negocios de ropa, donde estaban ocultas las bombas caseras consistentes en un caño galvanizado de 20 centímetros de largo que se utiliza en los típicos ataques de lanzapanfletos.

Según el comisario Francisco Miglino, jefe de la seccional 11, con jurisdicción en el lugar, el custodio levantó una de las bolsas y se accionó el dispositivo que ocasionó la explosión.

El custodio resultó con graves heridas en la zona abdominal que le afectaron el hígado por lo que fue derivado en una ambulancia del Same al hospital Durand.

La víctima sufrió una "arritmia y paro circulatorio" cuando era trasladada y murió minutos después en el centro asistencial mientras era sometido a una intervención quirúrgica, según confirmó el director del Same, Germán Fernández.

Personal de la Brigada de Explosivos de la Policía Federal hizo detonar el otro artefacto explosivo. Según algunas versiones, una de las bombas estaba en un envase tetrabrik dejado dentro de una de las bolsas.

La explosión provocó la rotura de vidrios y generó pánico entre la gente que pasaba por la transitada intersección de Rivadavia y Acoyte.

El segundo de los ataques se produjo a las 9.30, en la sede del Banco Galicia de la avenida Santa Fe 2835, de Barrio Norte, aunque allí sólo se registraron daños materiales.

En el frente del local se encontró una leyenda escrita con aerosol que decía "250.000 aves morirán en Palermo", lo que hizo sospechar que podría tratarse de un mensaje de algún grupo terrorista, pero fuentes de las comisaría 19 descartaron esa versión al indicar que el grafitti estaba desde antes.

El tercer episodio se registró poco después de las 11 frente a la sucursal del Citibank de la avenida Santa Fe al 3100, a tres cuadras de la anterior.

La policía halló un paquete sospechoso al pie de un árbol aledaño a la entidad, por lo que concurrió personal de la Brigada de Explosivos para hacerlo detonar.

Mientras se realizaba el procedimiento, una mujer cruzó el cerco perimetral establecido por la policía justo en el momento en que se hacía estallar el artefacto, por lo que el sargento Guillermo Molina, de la comisaría 21, se arrojó sobre ella para cubrirla y recibió una esquirla en su pierna izquierda.

El suboficial fue trasladado al hospital Churruca, donde permanecía fuera de peligro y los médicos tenían previsto darle el alta en las próximas horas.

El juez federal Daniel Rafecas ordenó a la división Rastros de la Policía Federal la búsqueda de huellas en las tres sucursales atacadas para tratar de determinar quiénes fueron los autores de los atentados

En el marco de las investigaciones se abrió una causa por "intimidación pública", aunque podría incluirse las figuras de homicidio y lesiones.

En diálogo con la prensa, Ibarra dijo creer que los atentados tienen por objeto "empañar" la imagen del país en el exterior y calificó a los autores como "enemigos de la vida, de la democracia y del progreso en la Argentina".

Por su parte, el comisario mayor retirado bonaerense Carlos Recanatini -ex jefe de la seguridad presidencial durante las gestiones de Carlos Menem y Fernando de la Rúa- dijo que el episodio fue un acto de "terrorismo" y sostuvo que "hemos vuelto a la década del 70 otra vez".
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Un policía fue alcanzado por una esquirla.

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