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 jueves, 18 de noviembre de 2004  
La mataron a golpes dentro de su casa
Edith Pagnuco estaba con una amiga. La sorprendieron dos maleantes que le robaron algunas pertenencias

A las 4 de la tarde de ayer, Edith Pagnuco estaba en su departamento de 9 de Julio al 600 en compañía de una amiga. Veían televisión casi al mismo tiempo que el centro rosarino era un hervidero. A unas tres cuadras de allí, en el teatro El Círculo, el rey Juan Carlos I ya había dejado inaugurado el Tercer Congreso de la Lengua Española y los participantes del evento discutían cuestiones vinculadas con el idioma castellano. La ciudad era rigurosamente vigilada por miles de efectivos. Entonces, la mujer abrió la puerta de su departamento después de que le tocaran el timbre. Eran dos hombres que ya estaban en el interior del edificio y que le propinaron una brutal paliza para robarle algunas pertenencias. Edith no resistió la golpiza y su vida se apagó mientras su amiga estaba encerrada en el baño.

Edith tenía 70 años y vivía sola en el departamento 5 de la planta baja del edificio de 9 de Julio 620. Era viuda y no tenía hijos. Su único ingreso era una jubilación y sólo dos sobrinos formaban parte de su entorno familiar. Había comprado el inmueble hacía unos quince años. Y ayer estaba junto a María C., de 76 años, compartiendo un rato de televisión.

En ese momento sonó el timbre del departamento y los visitantes le dijeron a Edith que le llevaban ropa de parte de uno de sus sobrinos. La mujer no tuvo tiempo de reaccionar cuando los dos maleantes ya habían ingresado a la vivienda.

A María C., la amiga que ocupa otro departamento en el mismo edificio, no le parecieron desconocidos los rostros de los dos hombres. Un rato antes los había visto en la calle y no les franqueó el ingreso al edificio. La mujer terminó encerrada en el baño mientras Edith quedaba a merced de los asaltantes.

Una andanada de golpes dieron de lleno en el cuerpo de la jubilada mientras escuchaba las intimidaciones de los agresores. "Decinos dónde tenés la plata", repetían los cacos. A duras penas, la mujer intentaba explicarles que no tenía efectivo, pero los delincuentes no la escuchaban. Las trompadas se sucedían y el corazón enfermo de Edith parecía a punto de estallar.

Los gritos pidiendo ayuda resonaban en el edificio y María escuchaba con impotencia cómo su amiga era sometida a un cruel castigo que la llevó a desplomarse en el suelo. Recién allí, los asaltantes decidieron terminar con la golpiza y buscar el botín. Recogieron un radiograbador y un poco de dinero que la mujer guardaba en algún lugar del departamento.

Anoche, una vecina de las víctimas que se identificó como Estela no sabía si la mujer murió como consecuencia de los golpes o por un paro cardíaco, aunque una fuente policial deslizó la posibilidad de que el deceso sobrevino por asfixia. "Tenemos que esperar el resultado de la autopsia para establecer la causa de la muerte", sostuvo anoche el comisario Daniel Corbellini, jefe de la Brigada de Homicidios.

Cuando los pedidos de auxilio de Edith llegaron a oídos de los vecinos, algunos consorcistas fueron hasta el departamento de la planta baja de la mujer asesinada. Apenas traspusieron la puerta, divisaron que el departamento "estaba todo dado vuelta", explicó Estela. Después se encontraron con María, que había logrado zafar de su encierro y se hallaba sumida en un profundo estado de shock.

Apenas pudo murmurar algunas palabras para explicar lo que había ocurrido. Después, le diría a la policía que su amiga, "una excelente persona" -según contó Estela- había sido golpeada con brutalidad para robarle unas pocas pertenencias.
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El edificio donde mataron a Edith Pagnuco.

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