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 domingo, 14 de noviembre de 2004  
Hace un mes y medio, Rodrigo Musa fue asesinado en Empalme Graneros
Un crimen como parte de la "normalidad"
La víctima tenía 21 años y lo mataron a 50 metros de su casa. Le dispararon desde un auto en un estrecho pasaje

Leo Graciarena / La Capital

Como si fuera parte de la normalidad, un "auto grande" entró el viernes 24 de septiembre a las 13.40 en un estrecho pasaje a la altura de José Ingenieros al 6600 y desde su interior partieron tres disparos. Un pibe de 21 años malherido por un balazo calibre 32 quedaba caído sobre la calle. Después, se escuchó el sonido ronco del motor del vehículo exigido en la huida. Unos segundos más tarde, cuando todo había terminado, el lugar se invadió de gritos, lágrimas y desesperación. Un ajuste de cuentas como los vistos hasta el hartazgo en los thriller estadounidenses, pero esta vez con escenografía del Empalme Graneros más humilde. Todo a dos cuadras de Juan José Paso y Provincias Unidas.

La víctima de la cacería se llamaba Rodrigo Musa. Tenía 21 años y era hincha de Rosario Central. Vivía a 50 metros de donde cayó herido de muerte. "Era un pibe con un corazón de oro. Eso te lo pueden decir todos los que lo conocieron, los buenos y los malos amigos", cuenta con emoción contenida Carlos Obregón, tío y empleador de Rodrigo. "Con el trabajo, el loco se estaba alejando de la mala junta. Se lo veía mejor, se estaba vistiendo con lo que ganaba por los trabajos de herrería que hacíamos", explica.

Rodrigo vivía desde hacía nueve años con sus abuelos -de 76 y 78 años- en una humilde casa de material en el pasaje La Gloria al 6600, en un pulmón de manzana que se abre a la misma altura de José Ingenieros. Justo en la frontera entre Empalme Graneros y barrio Larrea.

El lugar donde Musa cayó mortalmente herido delata que el auto desde donde lo mataron de un tiro en la tetilla derecha lo estaba buscando. La escena del crimen fue un "centro de manzana" donde confluyen cuatro pasajes en un rectángulo. Esperanza y Lunar -que corren paralelos a Provincias Unidas-, y Reflejo y La Gloria, de igual circulación que José Ingenieros. En el medio hay una canchita de fútbol para siete jugadores y una pequeña plaza con juegos para niños rodeada de árboles.

"Los abuelos están destrozados. Sobre todo la abuela, que lo vio cuando estaba tirado en el piso. Ella escuchó los tiros y salió gritando por Rodrigo. Quedó traumada porque lo vio agonizar. Después lo socorrieron los vecinos, el abuelo y llamaron a la ambulancia", comenta con los ojos humedecidos el tío de Rodrigo.

Obregón, quien perdió un hijo de 15 años en julio pasado por una enfermedad pulmonar, no tiene consuelo. "Lo de mi sobrino me pegó mal. A mí se me murió un pibe y vos te decís «era el destino, se lo llevó Dios». Pero lo de Rodrigo ¿cómo lo entendés?". Rodrigo iba a cumplir 22 años el próximo 28 de noviembre. No completó la secundaria, jugó al fútbol en el club barrial Corazzi y hace dos años se fue a probar suerte a un equipo boliviano, "pero se volvió".

Era uno de los tantos pibes que viven en un barrio como Empalme Graneros, donde la exclusión comienza a ganar terreno y las oportunidades no abundan. "Si no robás sos un pescado y si laburás por dos mangos sos un gil". Esa parece ser la ecuación en las esquinas para los pibes que se juntan para tomar un porrón.

"Rodrigo iba para José Ingenieros, a lo de un amigo, con la remerita al hombro, los pantalones arremangados y descalzo. La abuela salió para darle dos pesos que él le había pedido y después ve que se vuelve", explica Obregón. "La mujer alcanzó a observar que Rodrigo se escondía detrás de un tapialito al ver que venía un auto desde José Ingenieros y entraba al pasaje Reflejo. Rodrigo salió corriendo. El auto dio marcha atrás y le dispararon tres veces. Después huyeron por Reflejo hasta Fraga y de ahí se perdieron por Génova".

La víctima caminaba "con otro pibe, de unos 24 años, que está con (prisión) condicional". Para el barrio su nombre es "identidad reservada". Varios testigos vieron un Falcon gris, "pero que antes era de otro color". Por lo bajo se habla de "dos muchachos y una mujer en el auto. El que lo mató fue el que manejaba". El nombre del matador suena recurrente. Sus iniciales son S.S., le dicen "Monguito" y "es un zarpado que si tiene que meterte un tiro lo hace. Es un pesado que en una época trabajaba haciendo bancos. Hasta hace poco paraba en Parque Casas, pero desde que mataron a Rodrigo no se lo vio más". Se dice que además del revólver 32 en el auto había "una 9 milímetros".

También se dice que quien mató a Rodrigo "era su amigo". "Este ya tiene otra muerte en la zona sur y allá lo están esperando", cuenta un anónimo. Comentan que una semana antes del crimen, el sábado, los dos muchachos tuvieron una discusión y "se agarraron a las piñas en un cumpleaños de 15", en Empalme. "Venite con nosotros que vas a ganar más plata", le habría ofrecido S.S. a Rodrigo. "Dejame que yo así estoy bien", respondió el pibe. "Sabés lo que sos vos, un gil laburante", habría sido la réplica antes de que comenzaran los golpes. "Yo te voy a ir a buscar y te la voy a poner", le habría advertido S.S. a Rodrigo una vez que los separaron. Una semana después Rodrigo era enterrado en el cementerio de Granadero Baigorria y desde entonces S.S. "está borrado".
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Rodrigo Musa fue herido en el pecho y murió camino al hospital.

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