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 domingo, 14 de noviembre de 2004  
Opinión: No sé cuándo, pero será Bianchi

Luis Alberto Yorlano

En los últimos años los directores técnicos fueron los fusibles de los presidentes de los clubes. En los momentos apremiantes y siempre sin perder de vista las situaciones políticas, estos buscaban a los ídolos de las hinchadas para ponerlos como técnico, con el fin de sacar el cuerpo a los flechazos que venían de la oposición. Y si las cosas no funcionaban, los tiraban al tacho de los residuos, sin importarle las historias de aquellos en su época de jugador.

Ahora las cosas están cambiando. Los técnicos de prestigio no son fáciles de manejar y los presidentes, que antes realizaban las

cosas de acuerdo a sus puntos de conveniencia, hoy replantean sus nombramientos

sin descartar absolutamente nada.

Si hasta el hombre de mayor cintura en la vida de la AFA recibió la negativa de Carlos Bianchi de dirigir la selección nacional.

Adujo que mientras Julio Grondona

estuviera a cargo de la casa madre del fútbol argentino, no se haría cargo de la selección. Lo que no se dio cuenta Bianchi, que tal vez

eso era lo que quería el presidente de la AFA.

Se llega a esta situación Grondona-Bianchi porque, después de ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas, Marcelo Bielsa renuncia a la selección y levanta la polvareda justo en el momento que la gente había comenzado a sentir afecto por el introvertido seleccionador nacional y con la

aparente intención de descolocar a quién le había renovado el contrato después

del fracaso en el mundial de Corea-Japón.

Aquí se dan dos casos que no se llegan a entender. Un técnico dice no al ofrecimiento de dirigir la selección nacional y otro renuncia, cuando nadie se la había pedido. Sería lo mismo que un sacerdote, que se preparó toda la vida para ser cardenal, llega a Papa y renuncia.

Los dirigentes de Boca Juniors, después de estos hechos, seguramente evaluarán todo antes de dar un paso definitivo. El presidente Mauricio Macri, lanzado a la carrera política, tiene que elegir el nuevo técnico. La gente elige a Bianchi. Boca vive bajo su sombra. No cualquiera puede ocupar su lugar. El Chino Benítez dijo: "Quiero hacerlo dudar a Macri". El ex volante sabe que esa investidura le queda grande. Muchos de la CD aprueban para el cargo a Alfio Basile, pero a Macri le gusta Bielsa. La semana pasada cenaron en un restaurante de La Recoleta. Algunos allegados al ex DT de la selección aseguran que no dirigirá hasta el año que viene. Bielsa le dijo a su ex ayudante de campo Claudio Vivas que aceptara

un ofrecimiento de Estudiantes para

hacerse cargo de la coordinación de sus divisiones inferiores ya que tenía pensado descansar un tiempo. ¿Qué hará Mauricio?

Boca no es solo un equipo de fútbol, es una marca y en un mundo globalizado como el que vivimos, no cualquiera puede regir sus destinos futbolísticos. Darán vueltas sobre este tema, nombrarán a otros.Tirarán la pelota para adelante. Pasarán sin lugar a dudas figuras importantes. Crearán expectativas, pero será muy difícil que puedan escapar de ese fantasma que el hincha de Boca se lo encuentra en los oscuros pasillos del estadio y que lo traslada a los recuerdos de los éxitos más importantes en la historia del club. Hoy... mañana... el mes

que viene. No sé cuándo. Pero Bianchi

volverá a cruzar el campo de juego para instalarse en el banco de las órdenes. A lo mejor sin Macri. Yo no he visto dar vueltas olímpicas a presidentes. Sí a técnicos y junto a la gente. Eduardo Galeano (escritor uruguayo, autor de Las venas abiertas de América Latina) dijo "el fútbol sin gente es como bailar con la hermana" y la gente de Boca lo quiere a Bianchi. l
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