Año CXXXVII Nº 48571
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Salud 10/11
Autos 10/11
Turismo 07/11
Mujer 07/11
Economía 07/11
Señales 07/11

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 14 de noviembre de 2004  
Accidentes infantiles: Riesgos domésticos

Según estadísticas de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) mueren anualmente por accidentes alrededor de 6.000 menores de edad en el país, y los domésticos son la segunda causa, detrás de los automovilísticos. En el verano los más comunes son los traumatismos por caídas y fracturas durante los juegos al aire libre, y los ahogamientos en piletas o playas.

El cirujano pediatra Alberto Iñón, Presidente de la Subcomisión de Prevención de Accidentes de la SAP y de la Asociación de Prevención del Trauma Pediátrico, corroboró que la gran mayoría de los accidentes que sufren los niños de 1 a 4 años ocurren dentro del hogar. Según Iñón para prevenir, los niños deben esencialmente estar siempre bajo el cuidado de un adulto. Aunque también recomienda adoptar algunas otras medidas que denomina "pasivas" como colocar rejas, defensas o vallas que impidan el acceso al vacío.

Precisamente por esta última razón considera que "los edificios no están preparados para los chicos, ni siquiera las escuelas", aunque admite que "no se trata de pretender que estén en una burbuja de cristal". Por su parte la doctora Mariela Ghiggi, jefa de Terapia Intensiva Pediátrica del Hospital de Clínicas José de San Martín, junto con sus colegas Cecilia Chede y Adrián Saporiti han elaborado un manual instructivo de prevención para padres en donde se resalta que "proteger a los hijos no significa impedirles que se muevan o que investiguen. Sin embargo, es imprescindible criarlos en un ambiente seguro. Para eso, nada mejor que la educación y la prevención".


Cuidado con las piletas
Con la llegada del verano los chicos comienzan a desarrollar un tipo de vida más activa, lo que requiere un cuidado especial por parte de los adultos. Uno de los principales puntos a tener en cuenta es la realización de actividades acuáticas. Si bien la única medida eficaz para evitar accidentes en el agua es aprender a nadar, también hay otros puntos.

El citado manual indica que todo niño menor de 12 años debe estar siempre acompañado por un adulto cuando se esté bañando ya sea en un río, un arroyo o una pileta aún aquellos que sepan nadar, aunque desde luego que eso disminuye notablemente el riesgo.

Siempre que no haya adultos cerca, el ámbito de las piletas debe estar cercado y su acceso cerrado de manera segura. El Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires también elaboró algunas recomendaciones para tener en cuenta en lo que se refiere al cuidado de los niños en el agua:

* Que aprendan a nadar lo antes posible.

* Los menores de 10 años que no sepan nadar deben salir en bote con salvavidas.

* Aunque el niño sepa hacerlo, estar nadando siempre cerca suyo.

* Cuando no se los está vigilando deben usar salvavidas si se encuentran cerca de un río, mar o pileta.

* Evitar bañarse en lugares en los que se desconozca la profundidad.

* Enseñar a no bañarse en fuentes o lugares que pueden tener contacto con la electricidad.


Cómo actuar
Cuando un niño se ahoga, al dejar de recibir oxígeno el corazón, un paro respiratorio no tarda en transformarse en cardiorrespiratorio, y si se prolongara por más de 3 minutos puede provocar una lesión cerebral, dejando secuelas aún cuando se le salve la vida. Y lo más frecuente es que una ambulancia demore más de 3 minutos, por eso es tan importante que un adulto sepa qué hacer si un niño tiene un paro respiratorio.

Los ejercicios de reanimación para esos casos (mientras se pide el servicio de emergencia) son sencillos y consisten en desalojar el agua del conducto respiratorio (laringe, tráquea y bronquios) acostándolo boca arriba sobre el piso y levantándole el mentón. Inducir la respiración mediante la técnica de boca a boca, tapándole la nariz (si es mayor de 1 año) para que no escape el aire, o insuflando 2 veces sobre nariz y boca a la vez si es un bebé.

Favorecer la circulación sanguínea mediante masajes cardíacos externos sobre el pecho, se denomina rehabilitación cardiopulmonar básica, y aunque el paciente no se reanime, los últimos 2 pasos deben continuarse hasta que llegue el servicio de urgencia. Pero si no hay paro cardiorrespiratorio debe dejarse al niño tranquilo y no presionar las vísceras ni provocar el vómito.

La doctora Ghiggi aclara que si bien en algunas series extranjeras de TV se puede ver que se induce al ahogado a vomitar para desalojar de agua de las vísceras, esto no sólo es innecesario sino que hasta es contraproducente, porque lo que impide la respiración no es el agua que pueda haber en el estómago o en los pulmones aunque sea mucha, sino la que hay en el conducto respiratorio (laringe-tráquea-bronquios) aunque sea muy poca. El vómito, asegura, puede agravar las cosas porque el agua puede salir del tubo digestivo pero volver a entrar por la laringe.

Marcelo Rodríguez
enviar nota por e-mail
contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados