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 domingo, 24 de octubre de 2004

Lecturas
La exhumación de una verdad

Rubén A. Chababo

"La orden ya fue ejecutada" de Alessandro Portelli. Historia. Fondo Económico de Cultura, Barcelona, 2004, 426 páginas, $42.

El 23 de marzo de 1944 la historia de la ciudad de Roma cambió para siempre. En la tarde de aquel día, un grupo de partisanos y resistentes hizo volar por los aires una columna de soldados pertenecientes a la fuerza de ocupación alemana. Como consecuencia de ese estallido treinta y dos soldados alemanes murieron y otras decenas quedaron heridas a lo largo de la ya mítica vía Rasella. Dos días más tarde, el 25 de marzo, los lectores de los diarios italianos se encontraron con un comunicado firmado por la autoridad alemana ocupante en el que se informaba del hecho y que culminaba diciendo "El Comando alemán, ha ordenado que por cada alemán muerto, diez criminales comunistas badoglianos sean fusilados. Esta orden ya fue ejecutada".

En torno a estas cinco palabras finales del comunicado gira sustancialmente la historia de este libro cuyo autor no sólo intentó narrar la compleja historia de esta venganza macabra que terminó con la vida de trescientos treinta y cinco italianos en las Fosas Ardeatinas, sino develar por qué motivo en el imaginario colectivo de la post-guerra perduró la idea de que esos hombres masacrados en las Fosas eran no sólo víctimas del nazismo sino también de los partisanos. Sucede que una vez producido el atentado se construyó de manera perversa la idea de que esos trescientos treinta y cinco hombres podrían haberse salvado de la muerte si acaso los partisanos, perpetradores del atentado, se hubieran presentado ante los alemanes inculpándose como responsables de la acción.

El bando publicado en todos los diarios romanos era explícito y contundente en su formulación: la orden ya había sido ejecutada. Es decir, jamás, en ningún momento, los alemanes concibieron la posibilidad de que algún resistente canjeara su vida por la de aquellos que habían sido tomados por la fuerza de sus casas y lugares de trabajo para ser ejecutados a modo de represalia. Sin embargo lo que perduró en la memoria colectiva italiana, y en especial en la de los romanos, es otra cosa.

Portelli indaga en documentos de carácter irrefutable como los diarios de los días subsiguientes al atentado y encuentra en ellos que la idea según la cual los partisanos hubieran podido evitar la matanza de sus conciudadanos fue instalada por el por entonces Secretario de la federación fascista, cuya versión falsa de los acontecimientos fue tomada y difundida a su vez por el diario clandestino monárquico Italia nuova, que también atacó duramente a los partisanos. De allí en más, esta mentira consciente de origen fascista encarnó de manera raigal en buena parte de la sociedad italiana haciendo creer lo que nunca había ocurrido.

Hablar de las Fosas, de lo que ella cargan en sí mismas, es hablar o escribir acerca de la ciudad de Roma y de lo que ella fue o representó para sus habitantes a lo largo del siglo XX. Dada la heterogeneidad de las víctimas asesinadas en ellas se comprende que ese sitio urbano pueda ser visto como un verdadero palimpsesto de memorias. Judíos, católicos, partisanos, militantes populares, simples empleados u artesanos del barrio obrero del Trastévere dieron con sus huesos en el interior de esta cantera donde fueron fusilados. Cada uno de estos trescientos treinta y cinco individuos carga sobre sí una historia personal que confluye en el interior de las Fosas.

El trabajo de Portelli consiste en un verdadero desmontaje o reconstrucción de la historia y las versiones en torno a ese acontecimiento. Su libro está articulado en base a un coro amplísimo de testimonios en el que los protagonistas de la historia, sus hijos o nietos, los contemporáneos al acontecimiento y también aquellos que formaron parte del ejército ocupante son instados a buscar en su memoria tratando de devolver a la escena presente qué fue lo que en verdad sucedió aquel día. El interés de Portelli no es otro que el de saber qué fue lo que hizo posible que los soldados de la libertad, es decir, las agrupaciones partisanas, hayan quedado asociadas a la imagen de los victimarios alemanes. La historia de vía Rasella y de las Fosas Ardeatinas es acaso el único terreno en que las posiciones de la derecha más extrema se han fusionado sin solución de continuidad con el sentido común moderado. Y es esta convergencia lo que vuelve particularmente inquietantes los relatos difundidos sobre las Fosas.

Más de doscientas entrevistas, algunas realizadas por el propio Portelli, otras tomadas de estudios que ya se venían haciendo sobre el tema, arman la trama de este libro. Así, la verdadera centralidad de estas páginas la ocupan las voces, las diferentes voces que cruzan y superponen versiones de ese acontecimiento. Está la de aquel que sólo escuchó aquel día el estallido de la bomba en vía Rasella, la de aquel otro que vio cuando su padre fue llevado de su casa para ser ejecutado por los alemanes en represalia por el atentado, la de aquel que asegura que hubo efectivamente posibilidad de presentarse antes de que la orden de fusilamiento fuera ejecutada (a pesar de que los hechos fácticos demuestren lo contrario), la de guerrilleros partisanos sobrevivientes y la de aquellos que discuten la estrategia armada de los mismos partisanos.

Cada uno de los testimonios aborda un espesor del pasado que permite al lector retroceder en la historia de aquellos días acompañando la vacilante memoria de los entrevistados que contradicen o confirman, según el caso, diferentes versiones del episodio. "Me fascina la importancia de los relatos erróneos, de los mitos, de las leyendas, de los silencios que se han espesado y reunido alrededor de estos hechos. La credibilidad específica de las fuentes orales consiste en el hecho de que, aunque no corresponden a los hechos, las discrepancias y los errores son hechos en sí mismos, signos reveladores que remiten al tiempo del deseo y del dolor y a la difícil búsqueda del sentido", explica Portelli.

Las Fosas Ardeatinas no son la única ni la peor de las matanzas nazis. Pero son la única matanza metropolitana acaecida en Europa en la que la diversidad de las víctimas que en ella encontraron la muerte asume toda la compleja estratificación de historias de una gran ciudad. "Por eso es tan grande la presión de este hecho sobre la memoria y la identidad". Portelli logra con maestría poner en escena un capítulo central de la historia romana al tiempo que preguntarse sobre los sinuosos y resbaladizos senderos que la memoria colectiva va diseñando con el paso de los años. El hecho de que algo se recuerde como en verdad no sucedió (la orden ya había sido ejecutada y ninguna presentación partisana era posible ergo no hay responsabilidad de los partisanos) obliga a desandar casi cinco décadas de certezas cristalizadas en torno a este acontecimiento.

El libro de Portelli es de algún modo algo más que un estudio serio y pormenorizado: puede ser visto como un gesto ético consagrado a devolver dignidad a los asesinados, a los partisanos acusados injustamente de haber abandonado a las víctimas a su suerte y a reivindicar la dignidad de las familiares y sobrevivientes.

Escrito en los mismos años en que se desarrollaba el juicio a Erich Priebke, responsable directo del asesinato de las Fosas, quien había logrado mantenerse oculto en la Argentina hasta su hallazgo y deportación a Italia en 1994, este ensayo puede ser considerado sin lugar a dudas una herramienta fundamental para estudiar diferentes casos de la historia reciente latinoamericana en la que también abundan, como en cualquier otra escena nacional, episodios e historias congeladas que no resistirían demasiado tiempo el impacto de una interrogación.

Simple y llanamente, "La orden ya fue ejecutada" puede ser considerado como uno de los mejores ensayos históricos que la industria editorial en idioma español ha puesto en manos del público lector argentino en los últimos años.

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Erich Priebke, el principal responsable por la masacre.

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