Año CXXXVII Nº 48550
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Economía
Escenario
Mujer
Señales
Turismo


suplementos
ediciones anteriores
Salud 20/10
Autos 20/10
Turismo 17/10
Mujer 17/10
Economía 17/10
Señales 17/10


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 24 de octubre de 2004

Muchos países de Europa y Asia los tienen entre sus comidas favoritas
Una granja de Carrizales cría 300 mil caracoles a cielo abierto
Un establecimiento educativo incorporó moluscos para mantener su estructura. Ahora planean exportarlos

Norberto Puntonet / La Capital

Carrizales.- La granja educativa El Paraíso de esta localidad, ubicada a unos 50 kilómetros al noroeste de Rosario, ha incorporado a su producción la cría de caracoles a cielo abierto en un predio de una hectárea. Hace dos años los propietarios del establecimiento comenzaron con el emprendimiento con unos 50.000 animalitos, hoy ese número ascendió a cerca de 300.000 y se estima que en el próximo otoño ya estarán en condiciones de ser comercializados.

El producto de la cría de los moluscos -hasta ahora usados para la reproducción- será invertido en el mantenimiento de la granja, pero también está previsto que los pequeños gastrópodos engrosen las cartas de comidas de muchos restaurantes de la zona, y también de Europa. Según Germán Forchino, ingeniero agrónomo y director de la granja, existen varios criaderos de este tipo en la provincia pero éste es el primero en la zona. "Esta es una experiencia nueva ya que siempre vivimos en el campo criando ganado o sembrando cereales, pero esto de los caracoles es nuevo para nosotros y estamos aprendiendo de nuestros propios errores y aciertos".

El Paraíso es una chacra de 20 hectáreas donde desde hace algunos años alumnos de escuelas de la zona realizan visitas para conocer animales de corral y observar distintas tareas agropecuarias como siembra, fumigación y cosecha. Forchino contó a La Capital que la idea de la cría de caracoles surgió de una inquietud de un primo suyo que los alimentaba en un galpón de su casa, pero en poco tiempo el criadero quedó chico.

"Esta es una actividad incipiente, hace dos años que estamos en el tema y en este tiempo recién hicimos la base de la futura producción. Hoy podríamos vender algunos kilos de caracoles pero no nos serviría ese dinero, y sí necesitamos esos bichos para que se reproduzcan", explicó el ingeniero agrónomo para agregar que "necesitamos colectar nuevos animales. Cuando nos enteramos de que en algunas huertas hay invasión de caracoles, los vamos a buscar".

Hay muchas especies de caracoles, pero los que se desarrollan bien en esta zona pertenecen a la variedad helix aspersa, no son originarios de esta parte del planeta sino que fueron traídos por los inmigrantes de Europa. Aquí encontraron un clima benévolo para su reproducción a tal punto que en determinados momentos fueron declarados como plaga. Actualmente hay mucha gente dedicada a la crianza porque tienen amplias expectativas de que la actividad sea muy redituable. A su vez, hay asociaciones que agrupan a los criadores como la Asociación Santafesina de Helicicultores.

"Esta es una actividad que no la puede desarrollar una sola persona, se necesita el apoyo de otra gente porque las cantidades de caracoles que se precisan para que el emprendimiento sea verdaderamente rentable son tan grande que resulta muy difícil conseguirlas. Entonces hace falta el intercambio de información y experiencias", dijo Forchino.


Alimentación natural
Criaderos a cielo abierto hay muy pocos en la provincia de Santa Fe. Esta forma de crianza es similar a la utilizada por los italianos y fue transmitida por el presidente de la mayor asociación de helicicultores de ese país, Giovanni Avagnina. "Este no es un microemprendimiento, se necesita de una inversión importante para poner en marcha el criadero y, desde el punto de vista económico, no contamos con el apoyo oficial. Sí se fomenta la actividad desde el Ministerio de la Producción", reconoció Germán.

Los caracoles criados a cielo abierto se alimentan de una huerta especialmente diagramada para ellos, en la que se siembra radicheta o achicoria de hoja fina o ancha, acelga, repollo, lechuga, colza, diversas variedades de zapallos, zanahoria, pepino, girasol, y además se les da un complemento de carbonato de calcio para fortalecer el caparazón.

El hombre de campo, explicó que "el caracol es un animal que a pesar de tener los dos sexos, no se puede reproducir por sí mismo, necesita aparearse. Después de la cópula, los dos ejemplares quedan fértiles y pueden poner hasta 150 huevos cada uno, que necesitan entre 12 y 20 días para nacer, dependiendo de la temperatura ambiental. El promedio de crías que nacen es muy elevado y tienen entre uno y dos milímetros de diámetro. En seis meses pueden alcanzar la madurez aunque algunos necesitan hasta un año para poder reproducirse".

Asimismo, agregó que "la vida promedio de los ejemplares criados a cielo abierto es de cinco años, mientras que en un criadero intensivo es de dos años. Esto se debe a que cuando están en criaderos cerrados se fuerzan los ciclos y se evitan las hibernaciones".

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Los recintos contienen a los miles de caracoles.

Notas Relacionadas
Mercado en expansión


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados