Fuera de foco

Soledad Stancovich: "Llevo el circo en la sangre"

La artista dijo que la acrobacia requiere confiar y brindar seguridad

-¿Pensás en el peligro cuando hacés números de altura?

-Siempre estamos conscientes que corremos peligro, pero tenemos una preparación física, entrenamiento y algunas medidas de seguridad básicas con las cuales podemos trabajar dentro de un marco razonable de seguridad.

-¿Se puede confiar la propia seguridad a alguien que recién se conoce?

-Con Erika, que viene de la gimnasia artística, hacemos acrobacias en un trapecio, con muchas combinaciones y poses en altura. De entrada tuvimos de una buena química, así que nos sentimos seguras enseguida, pero la confianza también se va construyendo de a poco, con mucho entrenamiento, con un trabajo que no termina cuando termina la función, sino que empieza a la mañana y termina a la noche.

-¿Cómo nació tu interés por el circo?

-Desde que nací. Soy tercera generación de artistas de circo. Estuve en otro circo pero después que pasó un tiempo sin trabajar en esto, sentí que quería volver. Es algo muy fuerte, como si lo llevara en la sangre. Así surgió la posibilidad de estar acá. En realidad, esta oportunidad fue una sorpresa enorme porque no sólo que iba a hacer lo que me apasiona sino que además acá conocí a Sebastián que ahora es mi marido.

-¿Qué encontrás en el circo que no encuentres en otro lugar?

-A nosotros nos gusta viajar mucho. Somos gente muy inquieta. Cuando estamos en un lugar más de tres semanas queremos empezar a movernos de nuevo. Somos bastante libres, y andamos por la vida como un caracol que se va con su casa donde sea.

-¿Tiene algún costado duro la vida en el circo?

-No necesariamente. Yo tengo mi casilla con mi familia, es un lugar con más comodidades que las que puedo tener en mi casa; nosotros y nuestros hijos pueden ir al colegio por un sistema golondrina, una forma extraordinaria de asistencia escolar que permite que no pierdas el año; siempre estamos tratando de ayudarnos.

-¿Tampoco hay celos profesionales o competencia?

-Obvio que a veces nos llevamos mejor con uno que con otro, pero a la hora de ayudarnos se terminan las diferencias. La competencia pasa por la superación. Por ejemplo, si alguien hace un doble salto mortal, yo también voy a intentar hacerlo, pero no es una competencia desleal. Todo lo contrario, porque al final lo que intentamos cuando nos superamos es hacer mejor el trabajo y el espectáculo.

-¿Hay una edad límite para este trabajo?

-No. Yo tengo 23 años, mi sobrino tiene cuatro, y mi tío tiene 35, y todos trabajamos en el circo. En realidad no hay una edad mientras el cuerpo lo permita, ni para empezar ni para terminar. Además, llegado el caso, en el circo se pueden hacer otros trabajos y no sólo estar en la pista. Hay mucha gente detrás de escena que también se ocupa de que las cosas salgan bien.

Cirque XXI va hoy, a las 16.30, 18.30 y 21.30, en el predio de la ex Rural, Oroño y 27 de Febrero.

Cirque XXI va hoy a las 16.30, 18.30 y 21.30 en la ex Rural.