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 domingo, 17 de octubre de 2004

Consumo. Crece y se masifica la oferta de productos con marca en el mercado interno, más por las cualidades intrínsecas que por la trazabilidad. El alto precio, un limitante
La carne, del commoditie al packaging
Las compañías comenzaron a diversificar los canales de venta en la plaza doméstica. El fenómeno ayudaría a homogeneizar los requisitos que se piden para los mercados doméstico y de exportación

Sandra Cicaré / La Capital

¿Quién piensa en la trazabilidad cuando va a comprar un asado a la carnicería o al súper? Por cierto, el proceso que permite conocer el historial de la carne desde el nacimiento del animal hasta su desembarco en las góndolas aún sigue siendo bastante ajeno para los consumidores argentinos -o por lo menos no es en lo que se fijan mayoritariamente a la hora de comprar- pero por efecto del paladar cada vez se está instalando con más fuerza en el mercado doméstico.

El límite al desembarco masivo sigue siendo el precio, que todavía está muy lejos de compararse con el tradicional producto comoditizado que se vende en el mostrador.

A través de las denominadas carnes con marca -que hoy en la Argentina pueden contarse con los dedos de la mano- el consumidor comenzó a percibir características que quiere se repitan en cada compra, como la terneza o el sabor.

Y ante esto, las empresas afinan sus números y salieron a masificar la oferta de productos que antes sólo se encontraban en boutiques de carnes, restaurantes selectos o puestos de venta sólo al alcance de los sectores de mayor poder adquisitivo.

En los últimos días Carne Hereford SA, la empresa formada por la Asociación Argentina de Criadores de Hereford y los principales criadores de la raza, firmó un acuerdo con Carrefour Argentina para la provisión en exclusiva de los cortes de esa raza.

En tanto, Cabaña Las Lilas -propiedad de frigorífico Swift- tiene presencia en los supermercados e hipermercados de Buenos Aires y Capital Federal y sumó una nueva boca de expendio en el supermercado Jumbo que inauguró en Rosario la semana pasada.

Otro tanto hizo en Jumbo de Portal Rosario la marca Aberdeen Angus, que es producto del programa Carne Angus Certificada que pilotea la Asociación Argentina de Angus.

"En materia de consumo de carnes lo primero que surge es la calidad intrínseca del producto y luego la información que acompaña al mismo", explicó Alejandro Fried, de Swift y apuntó que "en este último punto interviene el concepto de trazabilidad que será en el futuro más o menos importante en tanto el consumidor valore o no nuevos atributos de la carne".

En este sentido, el concepto de trazabilidad o certificación de origen y calidad, primero entra por la boca y luego por la cabeza. Esto es, la gente comienza a reconocer las bondades de la seguridad alimentaria cuando encuentra diferencias de sabor, terneza o jugosidad en un determinado tipo de carne, ahora con marca propia.

"En la Argentina en general la calidad de la carne es buena, pero lo que hoy quiere el consumidor es que sea buena todos los días, y no ocasionalmente", dijo Marcos Firpo, director técnico de Carnes Angus Certificada.

Satisfacer ese nivel de demanda es a lo que apuntan las carnes con marca, que conjugan en un mismo producto sabor y calidad de origen.

Aunque la demanda se está haciendo más selectiva, la carne con marca todavía está lejos de convertirse en un producto de consumo generalizado.


¿Masivo o selectivo?
"Por lo pronto no vislumbro que sea un negocio masivo", explicó Carlos Kitroser de Estudio Ganadero Pergamino. A su juicio, dos cosas contribuyen a esto. "Primero, es carne de precios poco populares, por los costos que tiene el proceso de certificación y segundo, como están circunscriptas a determinadas razas, eso acota el universo de la oferta", explicó.

De todos modos, consideró que "lo auspicioso" del crecimiento de este negocio es que permitirá acabar con el doble estándar sanitario que existe en la Argentina, uno para el mercado interno y otro para la exportación.

De este tema también dieron cuenta en Carne Hereford, quienes explicaron que "la terneza, el sabor, y el precio fueron siempre los argumentos más importantes de venta y hoy hay que asegurar además la inocuidad de los alimentos para quienes los consumen". De todos modos, "este tema generó importantes inversiones y cambios en el sector exportador pero no tuvo el mismo tratamiento para los consumidores del mercado interno".


Precio poco popular
La variable precio es la que, hoy por hoy, determina que la carne certificada y trazada no sea masiva.

"No creo que el consumidor haya tomado conciencia aún y esté dispuesto a pagar un precio mayor por carnes con procesos de trazabilidad", dijo Kitroser. Esto es así porque en la Argentina éste siempre fue un producto que se presumía de calidad per se.

De todos modos, fenómenos como la vaca loca, la aftosa -a nivel sanitario- y la informalidad comercial que trae aparejadas muchas "dudas" desde el punto de vista de la higiene y la calidad, están prendiendo la luz de alerta en muchos consumidores que buscan saber qué es lo que comen.

"Poco a poco vamos a ir cubriendo más nichos", dijo Firpo de Carnes Angus y explicó que con la carne sucederá lo que ocurrió con el resto de los productos. "Hace muchos años uno iba a un almacén de ramos generales y compraba yerba, azúcar, bebidas sin marca y en ese momento nadie exigía identificación. Ahora a nadie se le ocurriría comprar una botella de agua mineral abierta o productos sin marca", reflexionó.

En la Argentina "casi lo único comestible que quedaba sin marca era la carne, porque de hecho los pollos la tienen", explicó Firpo.

Frente a esto, el especialista explicó que se va generando "una tendencia que se irá masificando y tendrá un valor más acomodado por la mayor competencia o volumen de venta".

De hecho, las carnes de marca nacieron para un segmento de poder adquisitivo alto. "Desde su lanzamiento hace más de una década, Cabaña Las Lilas se posiciona en el segmento ABC1", explicó Fried (Swift).

Aún así, explicó que observan "una tendencia al crecimiento de las ventas de carnes con marcas que se irá plasmando en el mediano y largo plazo". Para que esto ocurra "es importante que mejore el poder adquisitivo de la población de manera de sumar nuevos consumidores", agregó Fried.

Otra de las estrategias es "ir agregando nuevas plazas de comercialización".

La ampliación de los canales de venta de este tipo de productos habla a las claras de una demanda en crecimiento, que por otra parte las empresas se ocupan de promocionar destacando las ventajas de poder consumir lo mismo que reciben los paladares europeos.

Para eso, hacen especial hincapié en que debe dejarse atrás el doble estándar sanitario en la Argentina, de modo que los argentinos consuman la misma carne que exportan, es decir con los altos niveles de calidad y certificación que exige la Unión Europea.

De todos modos, para las empresas sigue siendo cuesta arriba posicionar a la trazabilidad como la ventaja para ganar mejores precios. "Con el sistema de comercialización sin marca que existe en la Argentina es muy difícil poner la trazabilidad a los ojos del consumidor", dijo Fried (Swift - Cabaña Las Lilas) Aún así, reconoció que "hay que desmitificar" el concepto de trazabilidad porque "si vas a una carnicería y el dueño compró bien a un frigorífico que cumple con todas las exigencias de comercialización y sanidad, en rigor la media res está trazada".

Con lo cual "la mejor forma de que empiece a reconocer este atributo es poniéndole una marca a la carne", reflexionó.

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Las empresas comenzaron a incursionar con más fuerza en el mercado interno.

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