Mucha resignación entre los chilenos

Después de un buen comienzo en la venta de entradas para el partido de hoy ante Argentina, se produjo la derrota de Chile ante Ecuador por 2-0 y el ánimo de los seguidores locales se volvió negativo y hasta casi resignado.

La demostración de alto vuelo futbolístico demostrada por el equipo de José Pekerman ante Uruguay, más la •eterna' paternidad que tienen los •albicelestes' sobre la selección roja son los fundamentos principales que esgrimen los simpatizantes locales en cada rincón de Santiago.

Resulta casi imposible encontrar a un chileno confiado en la suerte de su equipo para el partido de mañana. La derrota, con una actuación para el olvido en Quito, trajo el descontento general.

Luego de la euforia inicial, en las últimas 48 horas apenas se vendieron unas tres mil entradas, aunque los organizadores esperan que el estadio Nacional hoy esté lleno.

Mientras la prensa pide a gritos que el entrenador Juvenal Olmos se "juegue" con un esquema ofensivo, ex futbolistas y técnicos critican en forma pública el andar de la selección y auguran un cambio de timón ante otro resultado adverso.

"La verdad es que hoy estamos para jugarles al tenis, y ojo, que sea en Santiago. La diferencia es clarita: Pekerman no sabe a quién sacar y Olmos no tiene a quién poner. Sacá tus conclusiones de lo que espero del partido de mañana", dice José, un taxista que, además, se queja de la "•eterna" impuntualidad de los argentinos.

El taxista, quien además dice, en forma casi incomprobable, que viene de ganar el torneo Nacional Senior en los 800 metros de atletismo y se opone en forma terminante a que se fume en su auto, demuestra sus conocimientos del deporte en general.

"La verdad, creo que con Patricio Briones (pivote chileno) tenemos más chance de ganarles al básquetbol que hacerles fuerza al fútbol. Y eso que ustedes con Ginóbili vienen de ganar los Juegos Olímpicos", comenta mientras mira por el espejo retrovisor y sueña en voz alta con el masaje que le espera esta noche, cuando llegue a su casa y otra jornada de trabajo haya terminado. (Télam)

Juvenal Olmos cuenta con escaso apoyo.